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River y Boca: La historia se repite 16 años después

La última vez que ambos llegaron a las últimas tres fechas –y también a la última— como líder, escolta y a solo tres puntos de distancia fue en el Clausura 2004. Otra década, otro fútbol, otro país

River y Boca repiten la historia 16 años después
River y Boca repiten la historia 16 años después (Fotobaires)

Por Ignacio Fusco

Finales de 2014: River campeón. Mediados de 2015: River campeón. Finales de 2015: Boca campeón. Mediados de 2016: River campeón. Finales de 2016: River campeón. Mediados de 2017: Boca campeón. Finales de 2017: River campeón. Mediados de 2018: River campeón, Boca campeón. Finales de 2018: River campeón. Mediados de 2019: Boca campeón, River campeón. Finales de 2019: River campeón.

La Superliga que se definirá en tres fines de semana es el 30° trofeo en el que participan Boca y/o River en los últimos seis años, desde que Marcelo Gallardo asumió: campeonatos que jugaron ambos, o finales que disputaron por haber ganado una copa anterior. Sobre esos 29 torneos, entre uno y otro equipo llegaron a la última instancia en 25 (semifinales, finales o candidatos hasta la fecha definitiva) y ganaron 16. Ni fútbol dinámica de lo impensado (esa falacia) ni la inclusión argentina en la que cualquiera puede festejar: al menos en este lustro, aquel monopolio de los gigantes en Europa que miles de personas observan con fastidio desde acá –siempre Barcelona y siempre Juventus, otra vez el Barcelona y el Real Madrid– tiene ahora su plagio sudamericano, el eterno dúo poderoso arrasando en el campo nacional.

Sin embargo, no es usual esta lucha que se vive ahora. En el siglo se han jugado 35 campeonatos en el fútbol argentino y entre Boca y River se batieron a duelo solo en seis: Apertura 2000 (Boca campeón), Clausura 2003 y 2004 (River), Clausura 2006 y 2008 (Boca y River), y en el Torneo 2016/17 (Boca). En esos últimos tres campeonatos la diferencia entre ambos a tres fechas del final era de cuatro puntos, sin embargo, y la batalla tampoco era como la de ahora, solo con ellos de candidatos, equipos que tienen flechita verde para arriba, subcampeón y semifinalista de América, ganadores de cualquier partido al menos en el boceto inicial. En aquel 2006, por ejemplo, el River de Daniel Passarella se cayó de la carrera en la 17ª fecha con un 3-3 frente a Gimnasia La Plata, en el Clausura 2008 Boca no pudo descontar nunca la diferencia y en 2017 el River de Gallardo también se fue a la banquina en el primer partido de la curva final: en la 17ª, perdió 3-2 contra Racing en el Monumental. Quizás ahora, que Boca recibe el domingo a las 19.40 al último de la tabla (frente a Godoy Cruz, transmisión de TNT Sports), la pulseada se tense hasta el domingo final.

La última vez que ambos llegaron a las últimas tres fechas –y también a la última— como líder, escolta y a solo tres puntos de distancia fue en el Clausura 2004. Otra década, otro fútbol, otro país: había 20 equipos en Primera, las hinchadas visitantes iban a la cancha, jugaba Mauro Rosales en la Selección. El líder era el River de Leonardo Astrada (39 puntos), mientras que el Boca de Carlos Bianchi, escolta, tenía 36. La corona se definió el domingo 27 de junio. Diez días antes nada más, un delantero que llevaba la 9 había inventado una de las escenas más fabulosas del fútbol mundial: con un zurdazo en la puerta del área chica, Carlos Tevez silenciaba a un pueblo e inventaba la gallinita en el Monumental.

Para entender la relevancia que le dio Bianchi a la caza de aquel título hay que escribir algunos nombres en los que confió en ese pique final: Héctor Carballo, Víctor Ormazábal, Cristian Alejandro Ríos, el defensor belga Mikael Daniel Yourassowsky; el arquero era Wilfredo Caballero. Mientras el Boca power se preparaba para la final de la Libertadores ante el Once Caldas, su equipo oulet –Cangele y Colautti la delantera–visitaba al San Lorenzo de Néstor Gorosito con la obligación de ganar. A la misma hora del mismo día, River jugaba contra el Atlético Rafaela de Osvaldo Piazza en el Monumental. Un derechazo desde afuera del área grande a los 32 minutos del primer tiempo apagó el suspenso: con la número 31 en la espalda, Marcelo Gallardo gritaba el 1-0 (mientras Boca perdía 1-0 con San Lorenzo) y River se consagraba campeón. Dieciséis años han pasado –cuatro mundiales, cuatro presidencias– pero casi todo es igual. Es la batalla centenaria, son los equipos cuyos colores pueblan –en los kioscos, las esquinas, los buffets de los clubes– el glorioso y eterno metegol.

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