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El gol que Ortega no pudo festejar

Se cumplen 15 años de la primera vez que el Burrito le convirtió a River jugando para Newell’s: fue de penal, en un triunfo por 4-2 de los rosarinos por el Clausura 2005. No lo gritó como sí lo hizo en 2006, cuando otra vez le metió un gol

Ariel Ortega, el 10 de abril de 2005
Ariel Ortega, el 10 de abril de 2005 (Fotobaires)

Por Federico Del Río

"Les pido perdón a los hinchas de River. Fue una situación rara. Ellos saben que estoy muy identificado y que jugué mucho tiempo en ese club. Pero mi presente es Newell's y tenía que meterlo". No debe ser fácil para un ídolo ir en contra del sentimiento de esos hinchas que lo veneran. Pero, claro, siempre hay que defender los colores que se visten y eso fue lo que vivió en carne propia Ariel Ortega aquel 10 de abril de 2005 cuando jugaba para el equipo rosarino y tuvo que hacerse cargo de patear un penal contra el club que lo formó.

Newell’s había sido, a mediados del 2004, el equipo que logró destrabar el conflicto entre el jujeño y el Fenerbahce, club al que Ortega no quiso regresar y por el que fue sancionado por la FIFA por incumplimiento de contrato. En el banco estaba un viejo conocido suyo, Américo Gallego, y juntos nuevamente (habían coincidido en River y en la Selección Argentina) se dieron el gusto de ser campeones del Torneo Apertura, apenas unos meses después de la contratación. En el torneo siguiente, Clausura 2005, se dio el cruce con los millonarios en el Parque Independencia.

Les pido perdón a los hinchas de River

De un lado estuvieron Justo Villar; Julián Maidana; Nicolás Spolli, Germán Ré; Luciano Vella, Ariel Rosada, Ariel Zapata, Fernando Belluschi; Rubén Capria; Ariel Ortega e Ignacio Scocco. Mientras, River formó con Franco Costanzo; Carlos Diogo, Horacio Ameli, Fernando Crosa, Federico Domínguez; Luis González, Javier Mascherano, Víctor Zapata; Marcelo Gallardo; Gastón Fernández y Ernesto Farías. En 13 minutos, el equipo de Leonardo Astrada ya estaba 2-0 arriba gracias a un doblete del Tecla Farías. Parecía que estaba todo sentenciado pero en el segundo tiempo se vivió otro partido.

En ocho minutos lo empató Newell’s a través de Belluschi y el Mago Capria. Y a los 21 minutos llegó el momento más tenso de la tarde rosarina. Costanzo bajó a Belluschi en el área, Gabriel Brazenas cobró penal y Ortega se paró delante de la pelota. Tenía enfrente al arquero y, más atrás, a la popular visitante repleta de hinchas millonarios. El Burrito trotó y definió al palo izquierdo del arquero. No lo gritó. Ni siquiera apretó el puño. Agachó la cabeza y corrió hacia mitad de cancha mientras algunos compañeros se acercaban a abrazarlo y los hinchas leprosos lo ovacionaban.

Amo la camiseta de River

El jujeño había dado vuelta el resultado, que sobre el cierre del partido amplió Belluschi con otro tanto. Fue 4-2 finalmente. "Quería hacer el gol y lo hice. Amo la camiseta de River y si algún día tengo la oportunidad de volver, me encantaría. Pero ahí, cuando me paré adelante de la pelota, no pasó nada por mi cabeza. La quería meter", confesó Ortega en el vestuario. Distinto fue lo que pasó un año más tarde cuando otra vez le convirtió a River en Rosario y hizo señas a la tribuna como diciendo que había que pagar, un mensaje para la CD de Núñez si lo quería volver a tener en el Monumental.

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