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El duro relato de Gago sobre sus lesiones

Fernando Gago se expresó como nunca y contó detalles que no se conocían de sus reiteradas lesiones a lo largo de su carrera

Fernando Gago con la camiseta de Vélez
Fernando Gago con la camiseta de Vélez (CAVS)

A lo largo de su carrera, Fernando Gago vistió las camisetas de Boca, Real Madrid, Roma, Valencia y Vélez. Sin embargo, las reiteradas lesiones le jugaron una mala pasada e hicieron que pensara en dejar el fútbol.

Sin ir más lejos, el ex futbolista de Boca abrió su corazón con Juan Pablo Varsky en una entrevista mano a mano y contó detalles de sus malos momentos.

"No podía ni tocar la sábana con el pie. Imaginate un botín, una zapatilla o correr. Jugué con dolor, infiltrándome y los días de partido tomaba antiinflamatorios. El tema era que durante la semana no podía entrenar bien. Fueron diez años donde me levantaba y no podía caminar. Todo era por un hueso que se me deformó en los dos tendones y con el correr del tiempo nos dimos cuenta de que eso comió el tendón. Cuando fue la rotura, me limaron ese hueso. Todo ese tiempo podía usar un solo par de zapatillas y me tenía que comprar tres pares para tirar todo el año. Yo no caminaba descalzo en la playa, iba en zapatillas", manifestó Gago.

Por su parte, se refirió a aquellos que se burlaron de él en las redes sociales cada vez que sufría una lesión: "No le doy importancia. No me gusta cuanto se genera tanto de algo que es una desgracia. Yo todo lo tomé como de quien venía: de una red social en la que cualquiera puede decir o escribir, pero yo le doy más importancia a las cuatro veces que me levanté".

Por su parte, reveló que su hijo Mateo fue el máximo responsable para que Gago decidiera volver a jugar al fútbol luego de su última lesión en Boca.

"Influyo muchísimo, casi todo. Fue difícil el día que se lo planteé. Le dije que papi por ahí no jugaba más, que no iba a ir más a la cancha a jugar. Me respondió: ‘Pero papi yo quiero que juegues’. Eso quedó. Después nos fuimos casi dos meses de vacaciones, necesitaba despejarme, estar con mi familia. En una situación Mateo estaba haciendo un osito de juguete y tenía que pedir tres deseos: pidió volver a jugar a la pelota con papá. Ahí se me cayó el mundo. Me fui a llorar solo y mi señora se fue por otro lado. Fue una situación hermosa que al día de hoy seguimos recordando. Fue el clic para decir vamos a probar una vez más y ver qué pasa", cerró.

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