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Selección

Un papelón anunciado

Cuatro años atrás, la Selección Argentina quedaba eliminada en la primera fase de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro. Fue el equipo que dirigió Olarticoechea después de que Martino renunciara por la negativa de los clubes a ceder jugadores y el caos en la AFA

Por Federico Del Río

El 1 a 1 frente a una selección menor como Honduras dejó a la Argentina en el tercer lugar del Grupo D, con los mismos cuatro puntos que su rival, pero con peor diferencia de gol. Así, la Selección Sub 23 se quedaba afuera de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el 10 de agosto de 2016, aunque esa eliminación significaba mucho más que eso: era la consecuencia del caos que vivía la AFA por esos tiempos, el futuro que vio venir Gerardo Martino y anticipándose al papelón decidió dar un paso al costado.

El Tata había entregado una convocatoria preliminar mientras estaba dirigiendo a la Selección Mayor en la Copa América del Centenario. Como hizo Marcelo Bielsa en 2004, él también iba a conducir al Sub 23 en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, las negativas a ceder futbolistas de los clubes europeos y también de los argentinos se fueron sucediendo. Hasta Paulo Dybala, a quien no habían llevado a Estados Unidos para tenerlo en Río, recibía la negativa de Juventus. Todo en medio de una AFA en pleno desorden después del tristemente célebre 38-38. Ese combo terminó con el adiós del entrenador dos semanas antes del debut. "Debido a la indefinición en la designación de nuevas autoridades de la Asociación del Fútbol Argentino y a los graves inconvenientes para conseguir conformar el plantel que represente al país en los próximos Juegos Olímpicos, el cuerpo técnico de la Selección ha decidido presentar su renuncia", explicó la AFA a través de un comunicado.

La Mayor se quedaba sin DT. Las Juveniles estaban acéfalas. Y la AFA, ausente, entre la salida de Luis Segura y la llegada de la Comisión Fiscalizadora, apenas con Claudio Tapia, en ese momento vicepresidente segundo, dando la cara y pidiéndole a Jorge Olarticoechea, por entonces técnico de la selección femenina, que se haga cargo de un plantel que no alcanzaba a juntar 11 jugadores para arrancar los entrenamientos en Ezeiza. Si hasta el presidente del Comité Olímpico Argentino, Gerardo Werthein, admitió que era posible que se desistiera la participación del fútbol masculino en los Juegos al ver la desorganización reinante.

Finalmente el Vasco sumó 18 futbolistas como pudo. Hasta tuvo la desgracia de perder por una lesión a Manuel Lanzini, a quien el West Ham había cedido, y debió incluir a Cristian Pavón, quien era uno de los cuatro que habían quedado inscriptos por si surgía algún imprevisto como ése. El equipo arrancó con una derrota frente a Portugal (0-2), que tampoco tenía a sus principales figuras, luego le ganó (2-1, con esfuerzo) a Argelia y apenas pudo empatar contra Honduras, el día de la eliminación en la que Angel Correa desperdició un penal.

Gerónimo Rulli; José Luis Gómez, Lautaro Gianietti, Leandro Vega, Alexis Soto; Santiago Ascacibar, Mauricio Martínez; Cristian Pavón, Giovanni Lo Celso, Angel Correa; y Jonathan Calleri fueron los titulares de ese último partido. El plantel lo completaban Víctor Cuesta, Lisandro Magallán, Lucas Romero, Cristian Espinoza, Giovanni Simeone, Joaquín Arzura y Axel Werner (estos últimos dos fueron los únicos que no jugaron). No estaban los Mammana, Musacchio, Maidana, Funes Mori, Kranevitter, Paredes, Vietto ni Dybala que había imaginado Martino. "Hay buenos jugadores y buenos técnicos, falta orden", fue la realista y sincera conclusión de Olarticoechea después del papelón.

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