El oro olímpico de la mano de Messi y Riquelme

La medalla de oro en los Juegos Olímpicos para el fútbol masculino argentino siempre había sido una gran cuenta pendiente hasta aquella conquista del 2004, en Atenas, cuando Marcelo Bielsa tuvo su festejo con la Selección. Cuatro años más tarde, en Pekín, el Sub 23 defendió la corona de laureles y otra vez se colgó la dorada de la mano de un equipo que regó de fútbol las canchas chinas, con una campaña impecable desde el debut hasta la final. Seis jugados, seis ganados, once goles a favor y apenas dos en contra.

Aquella Selección se suponía que iba a ser dirigida por Alfio Basile, en ese momento el entrenador de la Mayor. Sin embargo, el Coco prefirió no hacerse cargo de ese compromiso y Julio Grondona decidió que Sergio Batista, quien estaba con la Sub 20, fuera el conductor del equipo olímpico. El Checho tuvo varias negativas de futbolistas mayores de 23 años que hubiera querido llevar, pero finalmente contó con el que más deseaba para que fuera su capitán y emblema: Juan Román Riquelme.

A partir del 10 empezó a construir el resto de la Selección que tuvo a un gran socio, después de varias idas y vueltas para saber si participaría de los Juegos: Lionel Messi. Con 21 años y el 15 en la espalda, el crack del Barcelona fue la estrella que revolucionaba a todo el mundo olímpico con su presencia. Otra pieza importante fue Javier Mascherano, quien ocupaba uno de los cupos para mayores de 23, y era el único que se repetía de los campeones del 2004. Y a ellos había que sumarle a Sergio Agüero, que había sido goleador y figura en el Mundial Sub 20 del 2007 y que ya era figura en el Atlético Madrid.

El debut de la Selección fue con un triunfo costoso frente a Costa de Marfil, que se definió con un gol de Lautaro Acosta a ocho minutos del final del partido: fue 2-1 y Messi había convertido el primero. Después Ezequiel Lavezzi culminó una gran jugada colectiva para ganarle 1-0 a Australia y el cierre del Grupo A, ya clasificado, fue un 2-0 ante Serbia con tantos de Lavezzi y Diego Buonanotte. En cuartos de final fue el partido más bravo: 1-1 (gol de Messi) en los 90 minutos y la aparición de Di María para festejar en el alargue ante Holanda.

Con 20 años y después de haber transitado su primera temporada en Europa con la camiseta de Benfica, Fideo fue la gran revelación de Argentina en los Juegos Olímpicos, a tal punto que después de ese torneo fue convocado por Basile para la Mayor. El zurdo del PSG convirtió también el gol que valió el oro en la final contra Nigeria, el 23 de agosto de 2008, hace ya 12 años. Pero antes de ese encuentro decisivo, la Selección tuvo una final anticipada porque en la semi se cruzó con Brasil -dirigida por Dunga- y la aplastó con un contundente 3-0: dos goles de Agüero y el tercero de Riquelme, de penal.

“Nunca tuve miedo de chocar la Ferrari”, confesó Batista, ya con la medalla de oro sobre su pecho. Había sido un gran desafío para el Checho, que en aquel momento contó con el apoyo motivacional que generó la presencia de Maradona en el vestuario, sólo en versión hincha aunque sintiéndose muy cerca de los chicos. “Jugamos el fútbol que nos gusta”, sacó pecho el DT que fue campeón del mundo como jugador y campeón olímpico como entrenador.

El plantel olímpico
1 Oscar Ustari
2 Ezequiel Garay
3 Fabián Monzón
4 Pablo Zabaleta
5 Fernando Gago
6 Federico Fazio
7 José Ernesto Sosa
8 Éver Banega
9 Ezequiel Lavezzi
10 Juan Román Riquelme
11 Ángel Di María
12 Nicolás Pareja
13 Lautaro Acosta
14 Javier Mascherano
15 Lionel Messi
16 Sergio Agüero
17 Diego Buonanotte
18 Sergio Romero
19 Nicolás Navarro (reemplazó a Ustari, lesionado)