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Selección

El día que Sabella puso de ejemplo a Manuel Belgrano

Hace nueve años, Pachorra era presentado como nuevo técnico de la Selección Argentina y en la conferencia de prensa destacó al creador de la bandera como "el ejemplo a seguir por poner el bien común por encima del individual"

Alejandro Sabella asume como técnico de la Selección Argentina
Alejandro Sabella asume como técnico de la Selección Argentina (Fotobaires)

Por Federico Del Río

Tener sentido de pertenencia me parece importante. Nosotros tenemos sentido de pertenencia hacia nuestra patria, hacia nuestro país y hacia nuestra Selección. Para hablar de generosidad, ahí, en la puerta de la sala, tenemos a la bandera de nuestra patria. ¿Qué mayor generosidad que la de Manuel Belgrano, que dio todo por la patria? Era rico y terminó pobre. Es el ejemplo a seguir, el de la generosidad, el de poner el bien común por encima del individual". Así fue el arranque de Alejandro Sabella como técnico de la Selección Argentina aquel sábado 6 de agosto de 2011, cuando fue presentado y dio su primera conferencia de prensa.

Desde ese primer día, Pachorra empezó a dejar enseñanzas en cada charla. Más allá de responder que debía pensar si le daría la capitanía a Messi (como lo hizo luego), de explicar que quería un equipo “sólido en defensa, que tenga un mediocampo consistente y agresivo en ataque" también tuvo su momento para explicar lo que significa vestir la camiseta celeste y blanca y con qué valores hay que defenderla. “De chico jugábamos en el barrio y soñábamos con llegar a la Primera y a la Selección. Como entrenador es lo mismo. En esta profesión es como llegar al cenit. Es un honor, es lo máximo. Me siento honrado, es uno de los cargos futbolísticos más altos del mundo. Y es una gran responsabilidad", agregaba sobre la elección que había recaído sobre él.

En una de las butacas de la sala de prensa en Ezeiza estaba Alejo Sabella, el hijo de Alejandro, quien lo escuchaba con atención. Más cerca suyo se encontraban sus ayudantes Julián Camino y Claudio Gugnali, junto a Pablo Blanco, el preparador físico. Eran los mismos laderos que Sabella había tenido en Estudiantes cuando se largó a dirigir solo dos años antes y con los que se iba a Emiratos Árabes cuando recibió el llamado de Julio Grondona y decidió deshacer un contrato millonario para asumir el desafío de conducir a la Selección.

A Pachorra le llegó la gran oportunidad a los 56 años, después de haber sido el ladero de Daniel Passarella durante 17 años. Lo acompañó en River, Parma, Monterrey, Corinthians y en las selecciones argentina y uruguaya, entre 1990 y 2007. En marzo del 2009 llegó a Estudiantes, ganó la Libertadores, tuvo contra las cuerdas al Barcelona de Messi y Guardiola y también fue campeón local. Esos pergaminos le abrieron las puertas para suceder a Sergio Batista, quien había arrancado como interino tras la partida de Diego Maradona luego del Mundial 2010 y luego fue confirmado en el cargo hasta la rápida eliminación en la Copa América 2011 que se disputó en nuestro país.

Lo que vino después fue un ciclo de 41 partidos, con 26 triunfos, 10 empates y apenas cinco derrotas. La más dolorosa, claro, la que marcó el final de la era: el 0-1 frente a Alemania, que dejó a la Selección el segundo escalón del podio del Mundial 2014. Pero más allá de esa frustración, Sabella dejó su sello con el equipo que condujo y también en los futbolistas a los que le tocó dirigir, que siempre le reconocieron sus valores, aquellos que había planteado desde el primer día.

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