Cuando a Maradona se le venía la noche
Como entrenador, para Diego no fue fácil llevar a la Selección al Mundial de Sudáfrica: hace 11 años vivía una noche negra en Asunción con una derrota que lo llevaba al repechaje. Luego, lo revirtió en las últimas dos fechas
Por Federico Del Río
Messi fue un desastre. A Verón lo expulsaron. El equipo terminó atacando con Palermo y Schiavi y tiró menos centros que cuando estuvo Agüero como 9. Así fue una de las noches más complicadas para la Selección de Diego Maradona durante las Eliminatorias previas al Mundial de Sudáfrica. Hace 11 años, en Asunción, Paraguay le ganaba por 1-0 (aunque la diferencia en la cancha fue mucho mayor a la que reflejó el resultado) y dejó a la Argentina en el quinto lugar faltando dos fechas para el final. Entre cuentas analizando el fixture también se empezaba a mirar de reojo hacia la Concacaf por un posible repechaje.
“Todavía no estamos afuera del Mundial”, se atajó Diego apenas comenzó la conferencia de prensa después de la derrota. “Voy a seguir siendo el técnico de la Selección. Ya hablé con Grondona. La calesita gira y cuando Argentina se clasifique, los mismos panqueques van a querer hacerme una nota y los voy a parar con los tapones de puntas”, se plantaba el técnico en su momento más complicado desde que había reemplazado a Alfio Basile. Fue una charla de respuestas desafiantes en las que parecía poner al periodismo como el rival a vencer en ese momento.
Claro que en realidad el gran problema de Maradona era que no podría encontrar el funcionamiento de un equipo que había ganado dos partidos y perdido cuatro en esas Eliminatorias desde que él asumió como entrenador. Si estaba un poco más arriba en la tabla de posiciones era por los puntos que le había dejado el Coco hasta que presentó la renuncia. Ecuador sólo le llevaba una unidad de ventaja y a la Selección le faltaba recibir a Perú y visitar a Uruguay en los últimos dos encuentros.
Sergio Romero; Javier Zanetti, Sebastián Domínguez, Gabriel Heinze, Emiliano Papa; Juan Sebastián Verón, Javier Mascherano, Fernando Gago, Jesús Dátolo; Lionel Messi y Sergio Agüero fueron los 11 que puso Diego de entrada en el Defensores del Chaco. El primer tiempo fue casi un baile de la selección que por entonces dirigía Gerardo Martino, que se puso en ventaja con un gol de Haedo Valdez. Para el segundo tiempo, Maradona apostó por Ezequiel Lavezzi y Martín Palermo por Dátolo y Agüero. Y para los últimos diez minutos metió a Rolando Schiavi, que terminó como un doble 9 con el Loco.
Por suerte para Diego y la Selección, en la doble fecha siguiente, llegó el milagro. El gol agónico de Palermo bajo la lluvia en el Monumental para ganarle a Perú y la victoria en el Centenario con el gol de Bolatti que sirvió para que Maradona terminase abrazado con Bilardo sin poder parar de llorar. Así sí Argentina pudo suspirar y olvidarse del mal trago que había vivido en Asunción que lo tuvo un mes sufriendo hasta poder festejar la clasificación a Sudáfrica.