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Opinión

Centurión vale, pero no tanto

A los 27 años, el talento tan irregular con la pelota como díscolo sin ella protagoniza un pase sorprendente en tiempos de pandemia. Vélez arriesga mucho: paga 2.500.000 de dólares por la mitad de su pase. Lo justifica por su buen comportamiento en un año muy duro y cree en una posibilidad de reventa. Mientras, Racing lo celebra como un negocio redondo. ¿Boca y San Lorenzo se lo perdieron?

Ricardo Centurión
Ricardo Centurión (Fotobaires)

Casi todos los rasgos futboleros de Ricardo Centurión representan una tentación porque escasos jugadores son capaces de reproducirlos. Se entiende que seduzca con su gambeta, con su atrevimiento. Sin embargo, también se trata de un talento tan irregular con la pelota como díscolo sin ella. Existe una máxima que indica que el valor de cada futbolista es el que se paga. Puede ser que muchas veces sea así, aunque no siempre. A los 27 años, Centurión vale, pero no tanto como Vélez lo pagó.

Primero, los números. La “Operación Centurión” sacude en plena pandemia a un mercado argentino ya deprimido desde mucho antes. Vélez le compra a Racing la mitad de su pase desembolsando 2.000.000 de dólares ahora por el 40 % y comprometiéndose a abonarle 500.000 más dentro de un año por otro 10 %. Además, firma tres años de contrato con el futbolista.

Las cifras de la operación suenan a exageración. A Vélez no le importa. Se juega. Arriesga. Lo hace su dirigencia con las razones acumuladas durante un año de convivencia con Centurión, casi vacío de conflictos afuera de la cancha y con una producción futbolística interesante. Sirve un póker de frases en off de un importante dirigente del club de Liniers para comprender la apuesta:

# “No hay jugador de esa calidad y con esas características en Argentina que por ese valor se pueda adquirir y sostener por tres años”.

# “Jugando bien en Vélez y conteniéndolo como hasta ahora, puede ser un jugador de Selección y tener una nueva chance de transferencia a Europa. Es un dinero que con una buena temporada se podría recuperar fácilmente. Los dos millones y medio de dólares se pueden transformar en cuatro o cinco dentro de uno o dos años”.

# “Lo notamos siempre muy cómodo en Vélez. Mientras se hablaba de Boca y de San Lorenzo, él siempre nos decía que se quería a quedar acá. Por eso nosotros nunca dudamos de sus deseos de continuar”.

# “Murió su abuela, que era como la mamá. Murió su novia... Viene trabajando muy duro con el grupo de psicólogos del club y, en el tema de género, está controlado por la cláusula que pusimos en el contrato. Centurión tuvo un año muy fuerte y se podría haber bandeado, pero eso no pasó.”.

El acuerdo de alto riesgo para Vélez es un negocio redondo para Racing. Los de Avellaneda habían pagado 4.000.000 millones de dólares a principios de 2018 para recomprar el 70 % del pase de Centurión. Ahora recibirán 2.000.000 por la venta del 40 % por ciento y dentro de un año 500.000 más por la obligación de compra de otro 10 % que asumió Vélez. Es decir que recuperan más de la mitad de lo que habían invertido. Por otro lado, podrían recibir mucho más si Ricky logra un nivel magnífico y surge otra transferencia porque Racing mantendrá un 50 %, aunque no será sencillo que vuelvan a apostar por él tras sus experiencias en Italia (dos veces), Brasil y México.

Para Racing además resulta positiva la transferencia de Centurión porque no refuerza a equipos con los que sostiene una rivalidad potente, como Boca especialmente y San Lorenzo. ¿Cuánto un buen Centurión podría haber fortalecido los sueños internacionales de Racing? Como no lo querían de vuelta de ningún modo, la pregunta no tiene sentido.

¿Boca y San Lorenzo se perdieron a Centurión? Podría haber nutrido más al plantel de Miguel Russo que al de Mariano Soso. Es que en Boca representa un dilema el futuro de Sebastián Villa: carga sobre su espalda con la denuncia por violencia de género y nadie sabe cómo responderá ni tampoco si continuará. Ricky le sumaba a este Boca. Con Villa en estado de duda total o tal vez afuera, se hubiera agregado a Eduardo Salvio y Agustín Obando como variante por las bandas en un equipo desbordado por la urgencia de ganar la Copa Libertadores.

En cambio, San Lorenzo no lo necesitaba. Si Centurión se mudaba a Boedo, ¿cómo hubiera sido su convivencia con los mellizos Romero? Tres ultra gambeteadores, una pelota para cada uno y más potenciales conflictos. Demasiado. Además, está Ignacio Piatti con un contrato muy alto. Y hubiera tapado a chicos de gran futuro como los Palacios, Matías de 18 años y Julián de 21.

¿Hasta qué punto Boca y San Lorenzo estaban interesados en Centurión? ¿Hasta dónde Víctor Blanco utilizó a Boca y a San Lorenzo para sacarle mayor jugo a la negociación con Vélez? Cada uno sabrá.

La historia de Centurión, después de su explosión en Racing, muestra un primer paso por el Genoa de Italia, que duró apenas 12 partidos. Volvió a Avellaneda para ser campeón con el Racing de Diego Cocca. De ahí a San Pablo: 80 partidos en Brasil. Luego, un préstamo en Boca, que decidió no comprarlo por sus indisciplinas. Luego, otra vez Genoa y de nuevo casi nada de acción, solamente 5 encuentros. Enseguida, la tercera etapa en Racing, aunque con repetición de escándalos, a tal punto que vuelve a ser campeón pero la coronación lo halla separado del plantel. Más tarde, un ratito y 9 presentaciones en el San Luis de México. Y Vélez... Es un camino largo, con múltiples destinos, irregular tanto como sus dibujos en la cancha, traumático.

Hasta en los mejores momentos de Ricky cuesta recordar más de cinco partidos seguidos con un nivel tan alto como las expectativas que tantas veces impulsó. También por el subibaja futbolístico no es fácil creerle a Centurión. No es sólo por sus problemas de conducta. En el repaso frío y puntual de su carrera destacan más sus flashes atrevidos y bellos que la repetición de producciones futbolísticas determinantes. Vélez sí le cree. Lo probó durante un año y va por más con una fuerte inversión de dinero y de confianza. Aunque la justifique, parece una exageración el monto que pagó. Centurión vale, pero no tanto, por lo menos hasta que demuestre lo contrario.

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