Marcelo Bielsa: tres años de convicción y locura en Leeds

Marcelo Bielsa dirigió al Leeds, técnicamente y humanamente, durante tres temporadas consecutivas. Asumió a mediados de 2018 después de aplicar - recluido en su campo de Máximo Paz - su minucioso método de elección de club y de vida. Después de días de estudios y de chequear una y mil veces los puntos de su decisión viajó a Inglaterra.

“Nos sentamos con él en un hotel durante 12 horas. Vimos que tendríamos que explicarle la visión y el potencial de Leeds. Mi trabajo era que firmara el contrato y negociar las condiciones comerciales. Fue muy frustrante porque no conseguí que se interesara por nada de eso. Recién el último día pudimos hablar de eso”, describió el CEO de Leeds, Angus Kinnear, en el documental Take us home, sobre las negociaciones que tuvo con el Loco antes de asumir.

Alguna vez, al opinar de lo hecho por su hermano en el fútbol inglés, Rafael Bielsa escribió para la agencia Télam: “la inteligencia, según Robinson Crusoe, es la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas. Y eso es lo que Marcelo hizo en Leeds”. Desde su asunción, se mostró simple y adaptado. Cálido y comprometido con su causa.

Alquiló una casa modesta en las afueras de la ciudad, pero muchas veces durmió en la concentración acondicionada por él mismo. A sus dirigidos les pidió generosidad táctica y entrega máxima. También los hizo hacer tareas domésticas. Los formó en la importancia del pase para encontrar los espacios, en velocidad y con triangulaciones en los vértices del área. Potenció jugadores y formó hombres que quedarán por siempre en la historia del Leeds. Por su identidad. Por su estilo. Y, obviamente, por el ascenso obtenido hace una temporada después de 16 años.

En el retorno en la Premier League Leeds cosechó puntos y elogios. Terminó noveno a tres unidades de clasificar para la Europa League. Fue elegido como "el mejor entrenador de la Premier League" por los hinchas de distintos clubes, en una encuesta realizada por la BBC.

En estos tres años en Leeds, Bielsa se convirtió en el entrenador que todos querían disfrutar. El que muchos ni imaginaron. El de las innovaciones tácticas y el que camina para todos lados mirando el piso. El arrepentido del Spygate y el de las compras en el supermercado. El del FairPlay ante Aston Villa y el de las caminatas por la ciudad en jogging. El de risas y enojos con su traductor y el adoptado por la ciudad. En distintos escenarios, en el ascenso, en la Premier League y ante cada resultado. Volvió a pasar en Leeds, en Yorkshire, en el condado del personaje Robinson Crusoe.