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Opinión

Los códigos no códigos de Maradona

El periodista Hernán Castillo analiza la salida de Diego de Gimnasia luego de no que no se lograra la unidad política en el club de cara a las elecciones

Diego Maradona dejó de ser el DT de Gimnasia
Diego Maradona dejó de ser el DT de Gimnasia (EFE)

Por Hernán Castillo

Códigos: En teoría de la comunicación, el código es el lenguaje con que se comunica el emisor y el receptor. El emisor y el receptor deben utilizar el mismo código para que la comunicación sea posible.

Maradona suele hablar en nombre de los códigos y también suele romperlos. ¿Sorprende? No. ¿Es lógico? En la lógica Maradona sí.

Cuentan los que vieron de cerca a Maradona en estos meses que como nunca se había metido y estaba feliz con el proyecto Gimnasia. Que sintió que por fin le abrieron la puerta del fútbol argentino. Y él estuvo a la altura con un equipo/club al que le devolvió la esperanza por ser Maradona.

Maradona no juega, no gambetea, no patea al arco, no intimida más. Pero Maradona sigue siendo Maradona en un montón de cosas a la hora de hablar del fútbol. Los nacidos en los '70 lo amamos y odiamos en general. Futbolísticamente lo amamos y por lo de afuera no lo bancamos nada. Nos genera contradicciones permanentemente.

Gimnasia hizo 5800 socios entre los nuevos (2463) y los recuperados (3337). Se vendieron 2500 camisetas con la palabra Maradona y el 10 en la espalda. Y hubo 68 mil seguidores nuevos desde su llegada en las redes (Facebook, Instagram y Twitter). Generó y generó.

El equipo le respondió al máximo y al menos ganó. Algo que antes no pasaba. ¿Lo salvó o lo salvaba del descenso? Parecía imposible. Pero lo había devuelto a la pelea hasta que aparecieron los códigos. El que se animó a traerlo, Gabriel Pellegrino, no tuvo apoyo político para seguir y Maradona la maradoneó toda. "Si él se va yo me voy", dijo. Y se fue. Pese a que una semana antes había dicho: "Yo no me voy. Solo las ratas huyen". Y hasta había cantado que "Maradona es del Lobo y del Lobo no se va".

Y se fue. No me extrañó. La apuesta terminó. Lo amé cuando entró a lo buda con su caminar cansino, cuando gritó un gol o se sentó a dirigir en ese trono merecido que le regaló Newell's en donde es ídolo eterno pese a haber jugado solamente cinco partidos...

Eso es Maradona. Cinco partidos y nadie le cuestiona nada. Lo mismo ahora con Gimnasia. Maradona y sus códigos. Los tuvo con Pellegrino. Pero no los tuvo con la gente de Gimnasia. Y nos enojamos más nosotros que los hinchas de Gimnasia. Porque ellos ya tuvieron a Maradona. El que no jugó, el que no gambeteó, el que no pateó al arco, el que no intimidó, pero el que al menos por un rato les devolvió la esperanza por "solamente ser Diego Armando Maradona".

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