Opinión

Jugadores libres, batalla perdida

Muchos terminaron sus contratos y partieron a diversas ligas extranjeras. Según sus valores de mercado, los clubes perdieron un capital de algo más de 60 millones de dólares al no recibir dinero por sus pases. Además, hubo ventas por otros 55 millones. Al cabo, el fútbol argentino hoy es la última opción. ¿Qué equipos se armarían con los que ya no están?

Los Romero ilusionaron a todo San Lorenzo, pero terminaron partiendo un año antes, tras varios conflictos y sin dejarle un peso al club.
Los Romero ilusionaron a todo San Lorenzo, pero terminaron partiendo un año antes, tras varios conflictos y sin dejarle un peso al club. (SAN LORENZO)

Por Enrique Gastañaga

Como todo fue decantando durante varias semanas, el impacto no se siente tanto. Sin embargo, en el instante del balance sobre los jugadores que ya en el fútbol argentino no están, el golpe es brutal. Lo peor no se relaciona con los equipos del exterior que vienen con el poder de sus billeteras y compran los pases de los futbolistas más deseados. En esos casos, al menos nuestros clubes embolsan una recompensa. El problema más preocupante es que muchos finalizan sus contratos y se van libres. Se trata de una batalla perdida que en este mercado representa algo más de 60 millones de dólares.

En este contexto de país, no hay modo de evitar la emigración masiva de jugadores. Entre la economía derrumbada, el dólar por el cielo y la imposibilidad de competir con otros mercados a la hora de discutir montos, el combo es letal. Aunque los dirigentes tomen ciertas medidas y empiecen a discutir antes las renovaciones de sus futbolistas más trascendentes (no siempre lo hacen), tarde o temprano se desemboca en un punto sin retorno.

# Libres valuados en 60 millones de dólares

Es una realidad que se parece a una pena inmensa por los dólares que en definitiva los clubes se pierden de ingresar en concepto de transferencias. Se vencen los contratos y los jugadores se van, en muchos casos sin importarles demasiado el destino ni el retroceso futbolístico.

River vio cómo se le iba libre Rafael Santos Borré, el goleador de la Era Gallardo, con 20 millones de dólares de valor de mercado según Transfermkt. El colombiano desembarcó en el Eintrach Frankfurt de Alemania.

De Boca, por diversas razones y sin dejar un peso, se fueron Emmanuel Mas (valuado en 1,2 millones) al Orlando City, Buffarini (1,2 millones) al Huesca de la segunda española y Mauro Zárate (1,2 millones) al América de Minas Gerais. También se retiró Carlos Tevez, tasado hoy por Transfermkt en 1,2 millones.

San Lorenzo saldó una deuda de 900.000 dólares para liberarse de los conflictivos hermanos Romero, Angel con valor de 7 millones y Oscar de 4,7 millones. También le rescindió a Diego Torito Rodríguez (2 millones), ahora en Nacional de Uruguay. Mientras que de Racing partieron a cambio de cero peso Marcelo Díaz (cotizado en 1 millón) y Lorenzo Melgarejo (2 millones), hoy los dos en Libertad de Paraguay.

Sin recibir nada, observó Vélez cómo partían Hernán De la Fuente (2,9 millones) al Famalicao de Portugal, Alexander Dominguez (590 mil) a Cerro Largo de Uruguay, Luis Abram (8 millones) al Granada de España; y Pablo Galdames (3,6 millones) al Genoa. En las mismas condiciones, a Colón se le fue Gonzalo Escobar (2,5 millones) al Ibiza de la segunda de España. De ese modo, de Huracán partió Andrés Chávez (2,1 millones) al AEL Limassol de Chipre.

# Ventas por 55 millones de dólares

También provoca tristeza la calidad deportiva perdida con las ventas de jugadores. Es real que los clubes argentinos en este mercado recibieron 55 millones de dólares en concepto de transferencias.

Boca embolsó 6 millones por la partida de Esteban Andrada al Monterrey, más 5 millones por la de Nicolás Capaldo al Salzburgo. Mientras que River percibió alrededor de 8 millones por la salida de Gonzalo Montiel al Sevilla.

Fue más jugoso todavía el mercado de Talleres, con las transferencias de Piero Hincapié (7,5 millones al Bayer Leverkusen), Federico Navarro (5 millones al Chicago Fire), Nicolás Giménez (1,6 millones al Baniyas de Emiratos Árabes) y Franco Fragapane (1,6 millones al Minnesota United).

A Banfield le entraron 8 millones por Martín Payero, quien se fue al Middlesbrough inglés. A Estudiantes le ingresaron 6 millones por Darío Sarmiento (lo compró el City Group) y 1,75 millones por Nahuel Estévez (se fue al Crotone).

Independiente vendió a Jonathan Menéndez al Real Salt Lake de la MLS en 1,15 millones y a Sebastián Palacios en 1,2 millones al Panathinaikos de Grecia. Arsenal transfirió a Mateo Carabajal en 900 mil a Independiente del Valle de Ecuador. Y Newell’s, a Martín Bellotti en 750 mil al Intercity, de la 4ª categoría de España.

# Dos equipos que se pierden

Jugando a armar formaciones con los jugadores que ya no están en nuestro torneo local, se podrían armar dos equipos que muchos técnicos del fútbol argentino envidiarían.

El de los futbolistas que se fueron libres cotizaría 50 millones entre los 11 según los valores de mercado de Transfermkt. Así quedaría dibujado en un 4-3-3 con Alexander Domínguez; Hernán De la Fuente, Luis Abram, Emmanuel Mas, Gonzalo Escobar; Pablo Galdames, Marcelo Díaz, Oscar Romero; Angel Romero, Rafael Santos Borré y Mauro Zárate.

El de los jugadores transferidos entre los titulares sumaría 50 millones según lo pagado por los clubes que vinieron a buscarlos. Dentro de un esquema 3-4-1-2, jugarían: Esteban Andrada; Gonzalo Montiel, Mateo Carabajal, Piero Hincapié; Nahuel Estévez, Federico Navarro, Nicolás Capaldo, Martín Payero; Darío Sarmiento; Sebastián Palacios y Franco Fragapane.

# Libres que no piensan volver

Algunos argentinos venían jugando en diferentes equipos del mundo y hoy se encuentran en libertad de acción, pero buscando otros destinos en el exterior: Sergio Romero (suena en Flamengo), Willy Caballero, Mateo Musachio, Javier Pastore, Federico Cartabia, Diego Perotti y Facundo Ferreyra. Ninguno parece dispuesto a realizar grandes renunciamientos para regresar a nuestro país.

Al cabo, los que están afuera no quieren volver. Los que están adentro quieren salir. Si vienen a comprarlos, se los llevan sin discutir demasiado. Si quedan libres, no dudan y se van. Al cabo, el fútbol argentino es la última opción. Una pena, pero real. Lo peor es que se trata de una batalla perdida.

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