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Opinión

Gallardo debe copiar a Bianchi

River tiene que dar vuelta al Mineiro en Brasil sin Enzo Pérez y sin Montiel, con De la Cruz y con Suárez envueltos en interrogantes físicos. Arriesgar de entrada podría dejarlo rápido fuera de partido. Lo más lógico sería que el Muñeco imite al Virrey escogiendo una postura más cautelosa. No renunciaría a sus convicciones. Sería sólo una elección estratégica puntual. 

Marcelo Gallardo tiene un dilema para ir a Brasil. Lo mejor sería que imitara a Carlos Bianchi con una postura más cautelosa.
Marcelo Gallardo tiene un dilema para ir a Brasil. Lo mejor sería que imitara a Carlos Bianchi con una postura más cautelosa.

Por Enrique Gastañaga

Tiene River un dilema futbolero para resolver la semana que viene en Brasil. Visitará a Atlético Mineiro con la obligación de revertir el 0-1 de la ida, pero también con dos bajas inmensas y con otras dos piezas claves envueltas en interrogantes físicos. En ese contexto, será muy difícil que ese River pueda mostrarse como el mejor River. Parece conveniente plantear un desarrollo más de control que de búsqueda. Al cabo, jugando a comparar, Marcelo Gallardo debe copiar la mejor versión de Carlos Bianchi.

Es real que River necesita ganar. Sin embargo, también es cierto que le faltará Enzo Pérez (suspendido), el hombre que equilibra el equipo en el mediocampo. Si con el experimentado volante en cancha Mineiro le hizo bastante daño en el segundo tiempo en el Monumental, mucho más probable es que lo lastime si el equipo de Gallardo sale a buscar los partidos como acostumbra.

Para proponer lo que más le gusta a Gallardo (búsqueda, presión, dinámica), además a River le faltará Gonzalo Montiel (transferido al Sevilla), vital para ampliar y profundizar el juego por la banda derecha. Y si bien se calcula que podrán jugar, tanto Nicolás De la Cruz (salió reemplazado el miércoles por una fatiga muscular) como Matías Suárez (vuelve de una distensión en un aductor y entró en los minutos finales) estarán envueltos por un interrogante en común: ¿llegarán en plenitud física? Se trata nada menos que de los dos jugadores más lúcidos de River del medio hacia arriba.

Sin Enzo Pérez y sin Montiel, con De la Cruz y Suárez al límite, River estaría dando demasiadas ventajas. Si venía exhibiendo fragilidades atrás, con esos asteriscos debiera privilegiar no desordenarse, calcular cada situación y aguardar con paciencia los instantes más favorables que seguro en algún momento se le presentarán.

La clave pasará por proteger al reemplazante de Enzo Pérez (será Enzo Fernández) y no regalar espacios. En este sentido, contará con una ventaja: enfrente no estará Ignacio Fernández (suspendido), una pérdida creativa pesada en Atlético Mineiro. En definitiva, Nacho es el último futbolista que River todavía no logró sustituir.

Entonces, sonaría lógico que el Muñeco copie la esencia del Virrey, un DT que apostaba antes que nada al equilibrio y que no temblaba a la hora de poner hombres de quite, músculo y equilibrio en el medio.

Vale el repaso de varios mediocampos que diseñó Bianchi en partidos emblemáticos de visitante. Battaglia, Traverso y Basualdo jugaron en la final de 2000 contra Palmeiras en Brasil, con Guillermo y Palermo lejos de su plenitud física arriba. Después, lo hicieron Battaglia, Serna y Basualdo en la mítica final Intercontinental contra el Real Madrid en Tokio.

En aquellos tiempos, Bianchi tenía a Riquelme. Se la daban a Román para que jugara. Claro que en su segundo ciclo el 10 ya no estaba. Ahí el Virrey fortalecía la zona medular de diversos modos. Villarreal, Cascini, Battaglia y Cagna jugaron de entrada la revancha de la final de Libertadores 2003 contra el Santos, en Brasil. Luego, contra el Milan en Japón, en la Intercontinental de ese año, el mediocampo lo integraron Donnet, Cascini, Battaglia y Cagna. Ya en 2004, en la vuelta contra River en el Monumental por la Libertadores, aquella noche de la gallinita de Tevez y del éxtasis xeneize en los penales, los titulares elegidos para moverse en el medio fueron Ledesma, Villarreal, Vargas y Cagna.

El River de hoy no cuenta con el talento ni la contundencia que muchos Boca de Bianchi gozaban. Además, a Gallardo no le sobran mediocampistas aptos para la interrupción y el orden. Encima recién Leonardo Ponzio sale de la miocarditis. Será cuestión de redondear un equipo corto, bien concentrado, que no se obnubile por ir hacia delante, para estar en partido el mayor tiempo posible.

Aunque su idea futbolera es más audaz, más ofensiva, el Muñeco no estaría renunciando a sus convicciones si elige una postura colectiva más cautelosa, como lo hacía el Virrey. De hecho, River empezó a gestar su paternidad internacional sobre Boca sin protagonizar, cortando sin piedad y con varias infracciones violentas en la ida de la Sudamericana 2014 jugada en la Bombonera. ¿Se animará Gallardo a copiar la intención de Bianchi en Brasil?

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