Estados alterados en Barcelona: tensión y oportunidad
En el medio de una vida interna compleja, el conjunto catalán deberá dejar de lado la desconfianza hacia el entrenador y la dirigencia; lo que queda de la Champions es la gran prueba para sus referentes
Las tensiones que marcaron su regreso post cuarentena sembraron una alteración auténtica e indisimulable en Barcelona. Desde que volvió el fútbol en la liga española, este equipo dirigido por Quique Setien aún debe varias respuestas. En la cancha como en su convivencia. El tramo final de la liga y el gran desafío de la Champions están amenazados por una crisis dura y enrarecida. Quedó a la vista de todos: la desconfianza en la intimidad del plantel y los escándalos políticos del club hacen de su presente un posible pandemónium.
Hacer más o menos traumático el camino final de la temporada será posible si Setien obtiene soluciones y señales positivas en sus dirigidos. Son los jugadores los que exponen ante las cámaras sus malas caras y los desplantes hacia el cuerpo técnico. Más allá de las decisiones del entrenador, deberán hacerse cargo de la situación en el campo de juego. Se necesita corregir errores, pero también emerger como un grupo más confiable. Sin tantas miradas al piso ni reclamos sugerentes mandados por sus entornos. Se sabe aquello que se quiere hacer trascender y de eso hubo mucho en los últimos días. Este Barcelona con sus estados alterados obliga a encontrar soluciones rápidas a las cuestiones por resolver.
La liga española se le puso difícil y en la Champions tiene pendiente el desquite con Nápoli (1-1) por octavos de final. Todo se complicó tras el receso por la cuarentena. Con Setien en el ojo de la tormenta, Messi frenando las tratativas para la renovación de su contrato y la polémica entablada por los altibajos de Antoine Griezmann. Luego de que el delantero francés jugara sólo dos minutos ante Atlético Madrid, el entrenador le dio lugar en el equipo y Barcelona modificó su ofensiva al ubicar dos delanteros centros por delante de Messi. Las victorias frente a Villarreal y Espanyol parecen calmar las aguas que venían turbulentas.
Quién puede negar lo mal que pusieron las cosas las sospechas internas entre los futbolistas, el cuerpo técnico y la dirigencia. Pero a pesar de este complejo momento, en el fútbol no existen misiones imposibles. Asumido que se trata de un plantel con un promedio de edad alto, Barcelona tiene recursos técnicos que aún pueden ser determinantes. Nombres como Messi, Suárez, Griezmann, Busquets, Piqué, Vidal, Rakitic, Tar Stegen, entre otros, siempre representan un estímulo para restaurarse.
De superar la serie con Nápoli, el tramo final de la Champions -desde cuartos de final- se juega a un partido y “a modo Mundial”, en el que todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. A buena parte de este plantel de Barcelona se le reconoce su talento, su jerarquía y su experiencia. Está en los referentes reconocer la complejidad del momento y dejar de lado los flancos débiles. El fútbol siempre da la oportunidad de resurgir.
