El mito queda en Barcelona y los sueños de Lionel Messi viajan a París

Pasaron 21 años. Llegó como un niño y se va como padre de tres “catalanes-argentinos”. No es sencillo comenzar con lo que tiene para decir. Para un padre llorar ante sus hijos es una de las cosas más difíciles de la vida. Se muestra tal cual es. No tiene nada preparado. Entre las fotos familiares, inamovible en la intimidad de su hogar, está la "pulguita" que medía 146 centímetros en aquellos primeros días en La Masía, con un codo apoyado en los carteles de publicidad, sin necesidad de agacharse y con un flequillo abultado. En septiembre de 2000 tenía 13 años y aparentaba menos. En agosto de 2021, Lionel Messi es un adulto que deja Barcelona, deja jugadas imborrables, deja 35 títulos, deja lágrimas de tristeza… Deja atrás una etapa y París es el comienzo de otra.

“Cuando llegué a este club nunca pensé que podía llegar a jugar finales de Champions. Me viene a la cabeza cuando nos tuvimos que separar con la familia. Fue duro, pero valió la pena”. Una vez, con Messi al volante en plena marcha por la Avingula Diagonal, en su amada Barcelona, escuché esta frase de cómo fueron aquellos primeros días en Cataluña siendo un niño. Los ojos se le cargaron de emoción al decirla. Muchos recuerdos acumulados. Desde Castelldefels, su lugar tan secreto como paradisíaco, situado entre el mar Mediterráneo y la montaña, emprenderá la marcha en dirección a la autovía rumbo al vuelo que lo llevará a París para el acuerdo con París Saint Germain.

"Estuve pensando, dándole vueltas a ver qué iba a decir, qué podía decir. La verdad es que no me salía nada, estaba bloqueado como lo estoy ahora todavía. Es muy difícil esto para mí, después de tantos años, de hacer toda mi vida acá", dice Messi. Muchas cosas han cambiado en él. Otras no tanto. ¿Alguno puede negar que se trata del fin de una “era” en Barcelona? La cantidad de títulos obtenidos por Messi en Barcelona impresiona, pero su figura es la representación de campañas históricas. Un estandarte de una filosofía futbolística que fue aplaudida por el mundo. Comenzó con 17 años un 16 de octubre de 2004 con la camiseta N° 30 e ilusionó a todos. Continuó en el memorable equipo del toque con Xavi e Iniesta, del ataque con Eto’o y Thierry Henry y de la posesión de Guardiola. En el tridente MSN con Suárez y Neymar. Gambeteó a los rivales e hizo jugar a los suyos, siempre con la mirada fija en el arco. Nada menos que 672 goles en 778 partidos.

Hay 21 años de diferencia entre aquella servilleta firmada entre Messi y Barcelona y esta despedida. Hay 1021 kilómetros entre la Sagrada Familia y el Arco del Triunfo. En París lo esperan el qatarí Nasser bin Ghanim Al Khelaifi, dueño del PSG y pieza importante en la organización de Qatar 2022. También Leonardo, ex jugador de la selección de Brasil, actual manager del club y con un vínculo de hace años con Jorge Messi. Y un equipo - con Mauricio Pochettino como entrenador- que es un cúmulo de figuras y de compañeros que lo motivan. Un plantel de estrellas que le permite soñar con volver a levantar la Champions. Es cierto, el fútbol permite más de un análisis y de una visión. Tan cierto como que Messi es el futbolista del planeta que concentra toda la atención y que sería presentado con todas las luces en la torre Eiffel.

Los inolvidables momentos vividos en Barcelona pasaron tan rápido que hoy se dio cuenta. Cada día vivido en la ciudad catalana le marcaron la carrera y la vida. Lionel Messi toma otros rumbos y otros desafíos para la temporada que viene: ganar la Champions con París Saint Germain y llegar lo mejor posible para realizar un gran papel con la selección argentina en el Mundial de Qatar. El mito queda en Barcelona y los sueños viajan a París.