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Opinión

Diego Milito le gana el clásico al Kun Agüero

Dos goleadores especiales dividen Avellaneda. El Kun se impone con números descomunales, talento y carisma, pero debe protagonismo en finales trascendentes y le falta su regreso a Independiente. Con bajo perfil, el Príncipe hizo historia en el Inter con una Champions League más que especial y gozó tres títulos (dos como jugador y uno como manager) en un Racing signado por el sufrimiento

Diego Milito y el Kun Agüero
Diego Milito y el Kun Agüero

A Independiente y a Racing les sobran argumentos para la jactancia. Uno y otro encuentran razones para inflar el pecho por aquí y por allá con sus historias y con quienes las narraron. Entre los últimos protagonistas incuestionables que han rescatado para enorgullecerse se imponen Sergio Agüero, bien diablo, y Diego Milito, bien académico. Ahí están, unidos por la “9”, por el gol, por las aventuras europeas híper seductoras. Ahí están, separados no sólo por los colores, sino también por ciertos rasgos individuales, por otros matices que señalaron sus trayectorias y por una cuestión temporal que por ahora no admite una sentencia final.

De todos modos, un balance parcial resulta posible. Milito y Agüero nacieron con nueve años de diferencia. La carrera de futbolista del Príncipe ya no se podrá modificar. Ya se acabó. Hoy es mánager. En cambio, todavía hay Kun para rato de pantalones cortos. Después, no se sabe qué destino elegirá para su vida. Hasta acá, con lo justo, Diego Milito le gana el clásico al Kun Agüero.

En el juego futbolero de las comparaciones, demasiadas ventajas otorga el Príncipe de Racing. Es que no se necesita hacer memoria con el Kun de Independiente. Tiene a favor la frescura que representa la actualidad, sus gritos recurrentes en esa fantástica Premier League inglesa, en un equipo dulce como siempre suele serlo cada versión que expone Pep Guardiola.

El perfil de Sergio Agüero, por otro lado, también engancha mucho más. Siempre con una sonrisa a mano, divertido, cantando, en permanente acción en las redes sociales, con simpleza pero con modos de estrella. Como Maradona... Lo opuesto era y es Diego Milito, perfil híper bajo. Como Messi...

Ultra filoso es Agüero en el juego. Exquisito y contundente a la vez para definir, un rayo para filtrarse entre centrales gigantes con su cuerpo pequeño, astuto para ganar en el anticipo hasta de cabeza, hábil para engañar apelando al recurso de la gambeta en plena velocidad y también en espacios pequeños. Bien lejos del molde de un centrodelantero tanque, pero tan o más eficaz como cualquier gigante, el Kun es y será para siempre un “9” sensacional.

Diferentes eran las cualidades de Diego Milito. Diez centímetros más alto que el Kun, se ofrecía con mayor amplitud para salir como una alternativa hacia las bandas o para aguantar y descargar. No les regalaba referencias a los marcadores centrales. También se comprometía más con el juego colectivo, a la hora de cubrir espacios para ayudar en la recuperación de la pelota. Le costó en el arranque de su carrera entablar un vínculo de amistad con el gol, pero luego se convirtió en un definidor con clase, picándola, amagando, mareando al defensor, midiendo el remate...

Desde su debut con apenas 15 años en 2003, Agüero gritó 431 goles en 776 partidos. Jugó poquito en Independiente, apenas 56 presentaciones, y voló, tras pegar 23 gritos. Después, pasó cinco temporadas en el Atlético Madrid, donde coincidió un tiempo con Diego Simeone como entrenador y atrapó una Europa League y una Supercopa de Europa. Desde 2011, emociona al Manchester City, donde supo transformarse en máximo goleador histórico del club, en el último tiempo además dirigido por Guardiola. Y fue campeón en muchas ocasiones, claro: cuatro veces ganó la Premier, cinco la Copa de la Liga, tres la Community Shield y una vez la FA Cup.

Más del Kun, ahora en la Selección: dos veces campeón del mundo Sub 20 (Holanda 2005 y Canadá 2007) y medalla de oro olímpica en 2008. Con la Mayor, jugó tres Mundiales. Fue subcampeón en Brasil 2014 y dos veces en la Copa América se quedó en la puerta del título. En total, con la Selección principal, 97 juegos y 42 goles, aunque siempre debió competir por la “9” con Gonzalo Higuaín y ahora lo hace con Lautaro Martínez.

Contra esos números de Agüero, pareciera que Diego Milito no puede competir, aunque los suyos son notables: entre fines de 1999 y mediados de 2016, cuando se retiró, festejó 258 goles en 641 partidos. Tras 5 temporadas 36 goles y 149 encuentros con la camiseta de Racing, partió a Europa. Allá pasó dos años en el Genoa de Italia (34 goles en 64 partidos), tres en el Zaragoza (61 en 125), uno más en el Genoa (26 en 34) y cinco en el Inter (75 en 171).

En la Selección, Milito jugó un Mundial (Sudáfrica 2010) y fue una vez subcampeón de América (Venezuela 2007), pero en ambas competencias protagonizó poco: 2 partidos sin goles en Sudáfrica y 2 encuentros con un festejo en Venezuela en 2007. Con Argentina, al cabo, redondeó 25 presencias con 4 gritos.

Ahora bien, la historia de Diego Milito muestra ítems demasiado potentes con un tilde verde que son capaces de equilibrar, e inclusive superar, a esos números avasallantes de Agüero.

En un Racing sufrido históricamente, el Príncipe fue dos veces campeón, antes de irse y cuando volvió para cerrar su carrera. Y además coronó luego como mánager. Más elocuente imposible. Agüero, en su casa, en el Rojo, hechizó con aquel arranque furioso, pero enseguida partió. Prometió regresar. Cuando lo haga, ¿el Kun logrará en Independiente lo mismo que Diego Milito en Racing?

También el Príncipe de Racing logró conquistar Europa. En el Inter, más allá de ganar tres scudettos, dos Copa Italia,una Supercopa italiana y un Mundial de Clubes, quedó en la memoria porque se transformó en decisivo en la conquista de la Champions League, un trofeo singular. Y fue más que influyente. No sólo hizo los dos goles de la final ganada al Bayern Munich por 2-0. También convirtió el tercero en el triunfo de ida por 3-1 de aquel Inter de Mourinho contra el mágico Barcelona de Guardiola, en unas semifinales inolvidables, porque los catalanes ganaron 1-0 la vuelta y quedaron eliminados justamente por ese gol de Milito. Jugando a comparar, esa Champions tan especial pesa mucho más que varios de los títulos del Kun.

La diferencia es ínfima, casi imperceptible. Es descomunal todo lo que ha hecho Sergio Agüero. Sin embargo, debe protagonismo en las finales más trascendentes y falta su regreso a Independiente. Tiene una ventaja: el tiempo. El 2 de junio cumplirá los 32. Hasta ahora, hasta hoy, Diego Milito gana el clásico. Pero cuidado: Agüero promete seguir regalando travesuras...

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