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Opinión

Dabove no debería copiar a Pizzi

El dilema es cómo jugarle al equipo de Gallardo. La peor decisión que el técnico de San Lorenzo podría tomar contra River sería imitar la estrategia que el DT de Racing eligió en su última visita al Monumental. No cuenta con jugadores para resistir y nada le garantiza.

Diego Dabove, entrenador de San Lorenzo
Diego Dabove, entrenador de San Lorenzo (Fotobaires)

Por Enrique Gastañaga

Después de esa producción llena de nada que dibujó San Lorenzo en su derrota contra el modesto Huachipato por la Copa Sudamericana, seguro que Diego Dabove debe hacerse miles de preguntas. Es que lo bueno exhibido en el tramo final de la revancha con Santos se evaporó. Ahora todo de nuevo está en duda, inclusive él. Y encima el calendario lo tirotea con la peor propuesta: el domingo River, el mejor, en el Monumental. ¿Cómo jugarle? ¿Cómo enfrentarlo? ¿Atacarlo? Suena suicida. ¿Imitar la última visita ultra defensiva de Racing? Sería una decisión todavía peor. Dabove no debería copiar a Pizzi...

Hay demasiados parecidos entre aquel River-Racing y este River-San Lorenzo. Los de Avellaneda llegaban todavía con el puñal clavado un mes antes por la final de la Supercopa Argentina perdida por goleada frente al equipo de Gallardo en Santiago del Estero... Los de Boedo aterrizarán en el Monumental tras ser eliminados en la Copa Argentina y en la Libertadores, y cargando el pésimo debut en la Sudamericana…

También existe una potente semejanza entre Dabove y Pizzi: recién arrancan sus ciclos y no le han encontrado la vuelta a sus equipos aunque han realizado montones de modificaciones. No se observan rasgos que permitan definir con claridad a qué quieren jugar San Lorenzo y Racing. Son dos grandes en problemas con jugadores para mostrar mucho más de lo poco que exhiben.

Si San Lorenzo propone un partido de ataque, abierto, sería una especie de suicidio. Le serviría el partido en bandeja a River. No tiene defensores centrales veloces para cubrir grandes espacios: en ese contexto, cualquiera lo llena de situaciones de gol. Tampoco cuenta con mediocampistas sabios para el equilibrio y el retroceso. De hecho, el volante central es uno de sus déficits más potentes.

Si San Lorenzo copia y pega el planteo de Racing, tarde o temprano lo perdería. No tiene jugadores para resistir todo el tiempo. Flaquea en pelotazos cruzados. No cuenta con capacidad de corte en el medio. Quedaría muy lejos del arco de Franco Armani y de la grandeza de un equipo con su rica historia.

La mejor opción para San Lorenzo sería un planteo “intermedio”, de tres cuartos a tres cuartos, lo que suele denominarse “partido inteligente”, con un equipo corto pensado para evitar que River progrese con esos movimientos y esas triangulaciones veloces que lo hacen diferente. Eso sí, ahí deberá ser un equipo bien caliente: con intensidad, con esfuerzos permanentes de todos, inclusive de los más talentosos. Ese ítem será vital: si juega con la misma tibieza y lentitud que en el arranque de sus dos partidos con Santos y frente a Huachipato, la pasará definitivamente muy mal. Después, por supuesto, a ese plan será vital oxigenarlo con los Romero y Ramírez manejando la pelota. Y será valioso que regrese Di Santo arriba pensando en exprimir algunas ventajas que River suele dar atrás.

Se trata de un clásico demasiado peligroso para este San Lorenzo tan frágil. El dilema es cómo jugarlo. Con Racing colgado del travesaño, Pizzi rescató un empate milagroso, pero no le sirvió para despegar. Cómo será que el domingo Juan Antonio se enfrentará con Colón jugándose su continuidad. Debería observar ese cuadro Dabove para proponer algo diferente, pensando en que este partido con River pueda significar una bisagra real para su San Lorenzo y para su ciclo.

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