Nacional

El último partido de titular de Amadeo en River

Carrizo estuvo el 31 de julio de 1968 por última vez entre los 11. Cinco meses después sumó apenas 22 minutos, quedó libre después de 23 años y se fue a Millonarios de Colombia, donde se retiró

Por Federico Del Río

No lo esperaba, así tan fuerte y tan violento. Fue una congoja muy grande. Me citaron en Suipacha 574, donde estaba la sede, Plinio Garibaldi y William Kent. Me dijeron que mi ciclo estaba terminado, que me iban a hacer un partido homenaje y que estaba la posibilidad de seguir en el club enseñándoles a los chicos. No pasó ninguna de las dos cosas”. Así recordó Amadeo Carrizo el momento en que los dirigentes de River le pusieron un punto final a los 23 años que llevaba como dueño del arco. En esa entrevista con El Gráfico, definió a esa situación de fines de 1968 como “el día más triste en el fútbol”.

El 68 fue un año muy cambiante para Amadeo. Con 42 años se mantenía totalmente vigente al punto tal que durante el torneo Metropolitano consiguió el récord de mayor tiempo con la valla invicta que alcanzó los 769 minutos hasta que un juvenil Carlos Bianchi le hizo un gol en Liniers (recién 13 años más tarde Carlos Barisio logró quebrar esa marca de Carrizo). El 31 de julio, en la última fecha del Metropolitano, fue titular del equipo que dirigía Labruna y que cayó por 3-1 contra el San Lorenzo de Los Matadores que ya se había asegurado el título.

En ese momento no lo supo ni lo imaginó, pero ese fue su último partido como titular en el arco de River. Una lesión lo dejó afuera del arranque del Nacional, torneo en el que Hugo Gatti y Alfredo Gironacci alternaron como arqueros. Amadeo apenas estuvo en el banco de suplentes en algunos partidos y así fue como el 22 de diciembre le tocó reemplazar a Gironacci en los últimos 22 minutos del recordado partido contra Vélez en el que el árbitro Guillermo Nimo no cobró una mano de Gallo y así le quitó a River la chance de ser campeón.

Luego de eso llegaría el peor día en la vida futbolística del arquero que revolucionó el puesto alejándose de los palos, adueñándose de toda el área y hasta animándose a salir de ella para gambetear rivales. Fue un adelantado para aquellos tiempos. Debutó en 1945, ganó seis campeonatos (45, 52, 55, 56 y 57) y la Copa Aldao 45 durante sus 23 años como dueño del arco de River, el que ocupó en 544 oportunidades, transformándose en el futbolista con más presencias en la historia del club hasta que fue superado por Reinaldo Merlo.

A pesar de que hasta el Real Madrid lo quiso contratar, el presidente Antonio Liberti siempre se negó a vender a Carrizo. “Tuve oportunidades de México, Brasil, Francia, Las Palmas y hasta me quiso el Real Madrid. Fue cuando viajamos a España y les ganamos 3-2. A la noche tuvimos la comida de los dos equipos, estaban los directivos y Bernabéu me felicitó por el partido. Después, un directivo me contó que Bernabéu se tiró un lance para llevarme, pero Liberti le dijo que no rotundamente”, contó el propio Amadeo. Así, entonces, recién cambió de camiseta cuando la dirigencia lo dejó libre. Primero fue a Perú, invitado por Alianza Lima para enfrentar al Dínamo de Moscú que tenía a Lev Yashin en el arco y luego le llegó la propuesta para ir a Millonarios de Colombia.

Primero firmó por seis meses, pero finalmente se quedó dos años. A los 44, después de haber dejado su marca también en el club de Bogotá, se retiró definitivamente. Hace poco más de cuatro meses, el 20 de marzo pasado, murió luego de luchar contra un cáncer y se transformó en leyenda para siempre. En Núñez aún esperan que vuelva el fútbol para poder rendirle un homenaje a quien había sido designado como presidente honorario del club.

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