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Nacional

El primer tiro libre de Chilavert

Hace 26 años, el paraguayo la clavó en un ángulo frente a Español y se transformó en el primer arquero en hacer un gol que no sea de penal. Bianchi dio la orden para que pateara el paraguayo y Trotta se enojó

El primer gol de tiro libre de Chilavert

Por Federico Del Río

Ya iban 89 minutos de un 0-0 que invitaba a empezar la retirada de los hinchas. La lluvia le daba un marco más triste a esa tarde del domingo 2 de octubre de 1994. Pero ése fue el momento en que todo cambió y se gestó un momento histórico para el fútbol argentino. Un tiro libre a favor de Vélez casi al borde del área de Deportivo Español. Roberto Trotta va hacia la pelota para cumplir con su tarea, era el ejecutor designado. Sin embargo, desde el banco de suplentes quisieron romper con las designaciones del vestuario.

“¡José, andá vos y patealo!”, le gritó Carlos Bianchi a José Luis Chilavert. El marcador central le recordó al Virrey que él era el encargado de los tiros libres, pero, con sus canas al viento, el entrenador avaló su contraorden: “Roberto, soy yo el que manda. Dejalo al paraguayo que la pone. ¿Entendiste?”. Y ahí fue el Chila, cruzando el campo de juego de área a área para acomodar la pelota. Toda la atención de los que estaban en el Amalfitani se había concentrado sobre él. Su pegada ya estaba comprobada para los penales: ya había convertido dos con la selección de su país, uno en Zaragoza y otro en Vélez.

Chilavert tomó dos pasos de carrera, miró adónde estaba parado Marcelo Pontiroli y le dio con la zurda: el remate salió combado y se clavó en el palo derecho del arquero de Español. Automáticamente se desató la locura en el festejo. El guaraní se transformaba otra vez en héroe, como tantas veces con sus atajadas, para darle el triunfo al equipo de Bianchi. Y, además, se adueñaba del título de primer arquero que hace un gol que no sea de penal.

Siempre practico en los entrenamientos, lo que pasa es que nunca se había dado la oportunidad. Hoy sí: Bianchi me ordenó que lo pateara y la coloqué en un ángulo. Pero lo importante es que este equipo mantiene su motivación, creo que ya no deben existir dudas de que es el mejor del país”, declaró Chilavert al salir del vestuario, donde todos lo estaban esperando. Era el hombre de la jornada. Allí tuvo un gesto con otro peso pesado de aquel plantel que se preparaba para ir a Japón a enfrentar al Milan: “Quisiera resaltar algo: nadie de este grupo se la cree. Acá sí que todos piensan que la fama es puro cuento. Mirá a Trotta, me dejó patear el tiro libre”.

Esas últimas palabras del arquero tenían un motivo notorio. Al zaguero no le había gustado nada que Bianchi lo despoje de su designación para patear los tiros libres. Cuando Chilavert lo metió, Trotta ni participó del festejo. Y apenas sonó el pitazo final, encaró rápidamente para el vestuario. Bianchi intentó calmarlo a la vista de todos, pero ya adentro le hizo notar, enojado, que no era una actitud positiva la que había tenido. “Son calenturas del momento. Además, yo prefiero a un compañero molesto porque eso significa que es ganador, que tiene personalidad. Y Trotta cuenta con todos esos atributos. Ya hablamos y no pasó nada”, insistió Chilavert, mientras se llevaba todas las luces de atención otra vez.

En total fueron 62 los goles que convirtió el paraguayo a lo largo de su carrera. En Vélez fue donde más veces festejó: 48 gritos, repartidos en 36 por torneos locales y 12 en las copas. Y una particularidad: frente a Ferro clavó un hattrick, todos de penal, en el Apertura 99. Sus otros tantos se reparten en entre la selección de Paraguay (ocho), Peñarol (cuatro), Zaragoza (uno) y Racing de Estrasburgo (uno). Hasta que lo superó el brasileño Rogerio Ceni, Chilavert fue el arquero más goleador de la historia del fútbol.

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