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Nacional

El partido de las apretadas

Hace 14 años, el árbitro Daniel Giménez suspendió un Gimnasia-Boca en el entretiempo después de ser amenazado por el presidente del Lobo. Para la reanudación, la barra tripera había advertido a sus jugadores que tenían que perder para no favorecer a Estudiantes en la lucha por el campeonato.

Hace 14 años, Daniel Giménez suspendió el duelo entre Gimnasia y Boca por amenazas
Hace 14 años, Daniel Giménez suspendió el duelo entre Gimnasia y Boca por amenazas (Fotobaires)

Por Federico Del Río

Gimnasia se había ido al vestuario con un gol de ventaja ante el Boca, puntero invicto en ese momento, de la mano de Alfio Basile. Los hinchas que estaban en el estadio Ciudad de La Plata esperaban por los equipos cuando empezaron a notar que la salida se estaba demorando más de lo habitual. Nadie sabía qué pasaba. Hasta que Pedro Pompilio, presidente de Boca en ese momento, fue la voz oficial que intentó explicar lo ocurrido: "Giménez nos dijo que suspendía el partido porque el presidente de Gimnasia y un grupo de personas lo habían amenazado". El desconcierto era total, aunque al menos había una versión para tratar de entender por qué no se disputaría el segundo tiempo en ese 10 de septiembre de 2006.

Hace 14 años se escribió el primer capítulo de una de las historias negras del fútbol argentino. El excéntrico Juan José Muñoz se había metido en el vestuario de los árbitros para desatar esa suspensión del partido que a él le costó también una sanción personal más allá de haber negado sistemáticamente sus amenazas al juez. "Te voy a cagar a trompadas. Mirá, no te mato hoy acá, pero te mato mañana en la AFA. Vas a ver", fue la versión que dio Giménez en la comisaría sobre lo que le dijo el presidente del Lobo, quien había entrado al vestuario para reclamar por la expulsión de Pedro Troglio, DT de su equipo. El juez no quiso responderle, le pidió a los policías que lo sacaran a Muñoz y ahí llegó la amenaza que derivó en que el partido no continuase.

Sin embargo, eso no sería lo peor de ese encuentro entre Gimnasia y Boca. La segunda parte estaría aún más manchada. El segundo tiempo se disputó casi dos meses más tarde, el 8 de noviembre, y ahí Estudiantes era una amenaza cierta para el equipo que dirigía Ricardo La Volpe. Había apenas un punto de distancia a favor de Boca. Por eso, la noche anterior al cruce el plantel de Pedro Troglio recibió visitas en la concentración de Estancia Chica. Un grupo de barrabravas se metió allí para amenazar, con armas de fuego y blancas, a los futbolistas. El mensaje no tenía dobles lecturas: les habían exigido que se dejaran perder porque no querían un resultado que fuera beneficioso para el Pincha en la lucha por ese Apertura 2006 que finalmente igual ganaría después de una final contra Boca. Lo que se vio en los 45 minutos restantes fue patético: cuatro goles que los jugadores visitantes casi que ni festejaron para revertir el 1-0 del primer tiempo que había sido suspendido.

"Si ganan, les damos un tiro en cada pierna", fue una de las frases que los barras triperos utilizaron para amedrentar a los futbolistas que no sintieron apoyo de parte del presidente Muñoz después de lo ocurrido. Justamente al presidente se lo señalaba por tener un trato demasiado cercano con los violentos. Esa desprotección hizo que ninguno quisiera arriesgarse en la cancha a pesar de que incluso habían recibido un llamado desde Núñez (River compartía el segundo puesto con Estudiantes) ofreciendo una incentivación para que le ganaran a Boca.

"Algo pasó, pero tampoco vamos a quedar expuestos contando todo con lujo de detalles. Me sentí tocado y viví una situación para nada normal, que como jugador jamás pensé que iba a vivirla", confesó Ariel Franco, uno de los pocos en hablar del hecho en ese momento. Aunque el jugador admitió que "el partido no fue normal" y que "nunca había vivido algo así", no habló del cara a cara con los barras. "Lo que se vio, creo que habla por sí solo. Creo que lo que se vio fue más que obvio", agregó como para ponerle una mancha más a la historia de este partido marcado por los aprietes.

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