Imagen ilustrativa sobre TNT Sports

Mirá todos los partidos del fútbol argentino en vivo.

SUSCRIBITE
Nacional

El nucazo más famoso

Hace 24 años, un superclásico emocionante tuvo una de las definiciones más particulares: Hugo Romeo Guerra puso el 3-2 para Boca en el último minuto con una definición poco ortodoxa

Por Federico Del Río

Apenas pasaron 82 días entre el primero y el último partido que jugó con la camiseta de Boca. Fueron 12 presentaciones y cinco goles los que convirtió entre septiembre y diciembre de 1996. Muy poco tiempo como para quedar en la historia del club. Sin embargo, uno de esos gritos lo inmortalizó y le puso el título a uno de los superclásicos más recordados por los hinchas. El uruguayo Hugo Romeo Guerra tuvo un corto paso por el equipo que dirigía Carlos Salvador Bilardo y en ese lapso vivió un 29 de septiembre inolvidable: el día del nucazo de Guerra.

Fue con el parietal”, aclaró el delantero, aunque ya a nadie le preocupaba con qué parte de la cabeza había convertido el gol de la victoria en el último minuto. Ése que lo disparó hacia el alambrado de la Bombonera para colgar y trepar para festejar con los hinchas xeneizes. Guerra fue el héroe de una gran batalla que se había dado entre los de Bilardo y los de Ramón Díaz, que se fueron con las manos vacías y todo el dolor después de esa definición que aún perdura como una de las más celebradas en la historia de los Boca-River.

Ese partido por la fecha 6 del Torneo Apertura produjo el cruce de dos equipos repletos de nombres importantes. Bilardo había encarado una gran renovación del plantel después de una gran limpieza (Maradona y Caniggia fueron los más pesados que volaron) y sumó una gran cantidad de refuerzos: Diego Latorre, Sebastián Rambert, Gabriel Cedrés, Diego Cagna, Mauricio Pineda, Hugo Guerra, Silvio Carrario, Fernando Cáceres, Christian Dollberg, Julio Toresani, Néstor Lorenzo, Sandro Guzmán y Facundo Sava. Del otro lado, llegaba el River campeón de América que había sumado al chileno Marcelo Salas luego de que el Narigón le bajara el pulgar en Boca y a otras piezas clave como Eduardo Berizzo y Roberto Monserrat.

Navarro Montoya; Vivas, Cáceres, Fabbri, Pineda; Toresani, Cagna, Pompei; Latorre; Rambert y Guerra fueron los 11 de Boca. Enfrente estuvieron Burgos; Hernán Díaz, Celso Ayala, Berizzo, Sorín; Monserrat, Astrada, Berti; Francescoli; Ortega y Salas. El local se puso rápido en ventaja gracias a un zurdazo de Pompei desde afuera del área. Iban cinco minutos. A los 21, Salas se tomó revancha ante el DT que lo rechazó y convirtió su primer gol con la camiseta de River para marcar el 1-1 con que terminó el primer tiempo.

Las mayores emociones llegaron en la etapa final. Cedrés -quien había cruzado de vereda después de ganar la Libertadores con River- festejó (y con ganas) el 2-1 para Boca, de penal. La alegría duró poco porque pronto apareció Sorín proyectándose hasta el área rival y metió un gran cabezazo para volver a poner una igualdad parcial. Al superclásico todavía le quedaban 20 minutos. En ese lapso entró a jugar Marcelo Gallardo, en lugar de Berti. Pero el minuto determinante fue el 90: una falta sobre la izquierda, un tiro libre llovido de Pineda al área y el salto casi de espaldas al arco de Guerra para desatar la locura en la Bombonera, incluso de Maradona, que lo festejó como uno más, revoleando su camiseta en el palco. Así, el uruguayo -que murió hace dos años por un paro cardíaco- se metió para siempre en la memoria de los hinchas de Boca.

Lo más Visto