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Nacional

El inicio de la era Veira en River

El Bambino debutó hace 36 años como técnico millonario con una derrota frente a Vélez. En poco más de dos años llevaría al equipo a ser campeón del mundo por única vez en la historia del club

Por Federico Del Río

Se había retirado en 1978 como jugador, pero nunca cortó el vínculo con el fútbol. Primero fue tres años ayudante de campo de Carmelo Faraone, luego asumió como entrenador de Banfield antes de hacerlo en su San Lorenzo, con el que fue subcampeón del Metropolitano 83. Esos antecedentes hicieron que Hugo Santilli se decidiera a llamarlo para ofrecerle ser el sucesor de Luis Cubilla como técnico de River. No era un hombre con antecedentes en Núñez, pero el presidente confiaba en que su arriesgada apuesta podría dar resultado.

Un par de reuniones fueron suficientes para que Héctor Rodolfo Veira le diera el sí a Santilli. El Bambino sabía que llegaba a un River en reconstrucción, pero si algo le sobró desde el primer día fue convencimiento y confianza. “Con orden, disciplina y humildad, este plantel puede quedar en la historia”, fue el mensaje que escribió en el pizarrón del vestuario local del Monumental para darle la bienvenida a sus nuevo dirigidos. En ese momento de 1984 parecía una utopía. Dos años más tarde, River se coronaría campeón del mundo en Tokio…

El debut de Veira como técnico millonario se produjo el 30 de septiembre de 1984, con una derrota frente a Vélez en el Monumental. Nery Pumpido; Eduardo Saporiti, Jorge Borelli, Carlos Karabín, Jorge Alberto García; Jorge Olarticoechea, Reinaldo Merlo, Héctor Enrique, Norberto Alonso; Roque Alfaro y Carlos Tapia fueron los primeros 11 que puso el Bambino en la cancha. Fue un partido en el que su equipo generó varias situaciones de gol y por eso terminó transformando en figura a un joven Navarro Montoya que atajaba para los de Liniers.

Sin embargo, en el segundo tiempo, un mal pase atrás de García dejó a Jorge Comas solo ante Pumpido, quien quedó a mitad de camino ante la definición por arriba del delantero de Vélez. Después del gol, Veira intentó cambiar la historia con los ingresos de Néstor Píccoli y Adrián Pasceri, dos delanteros juveniles que no lograron pesar en ataque para empatar el marcador. En ese Metropolitano 84, River terminó en el cuarto lugar. Y 17 meses después del debut de Veira en el banco, ya daría su primera vuelta olímpica como entrenador: cinco fechas antes del final ganaría el primer campeonato largo que se iniciaba un año y terminaba el siguiente, el 85/86.

Ese equipo, con Enzo Francescoli como goleador y figura, fue el que inició una etapa gloriosa, la de sus primeras conquistas internacionales. A pesar de que perdió al uruguayo (fue vendido al Racing Matra de Francia), su salida permitió que Alonso recuperase su lugar protagónico y con una base casi inalterable pudo conquistar la Copa Libertadores 86 luego de superar a América de Cali en la final. Y 46 días más tarde fue tiempo de disputar la final de la Intercontinental en Tokio, donde también levantó la copa después de un 1-0 ante Steaua Bucarest. Así el Bambino completó una trilogía que nadie pudo repetir en River.

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