El adiós al Tata

La imagen es parte de la memoria futbolística de los argentinos. El agujero en la camiseta para apoyar su dedo gordo y así sostener un brazo que sufría por el hombro fuera de lugar. Era la final del mundo y de ninguna manera iba a dejar la cancha. Toda una síntesis de lo que fue su forma de sentir los colores de la Selección. Tan grabado quedó ese gesto que fue el que eligió el fútbol argentino para homenajearlo luego de su muerte a José Luis Brown, el Tata, quien el 12 de agosto de 2019 dijo adiós.

Brown, nacido el 10 de noviembre de 1956, se formó y debutó en Primera con la camiseta de Estudiantes. Fue en 1975 cuando tuvo su estreno y vistió la camiseta del Pincha durante ocho años para transformarse en uno de los referentes del club luego de ser campeón del Metropolitano 82 y del Nacional 83. Luego se fue a Atlético Nacional de Colombia, volvió al país para jugar en Boca durante 1985 y en el 86 jugó tres partidos en Deportivo Español y el club lo dejó libre por una lesión en una de sus rodillas. A pesar de no tener club, Carlos Bilardo le hizo lugar en la Selección para que siguiera entrenándose. Lo consideraba un buen suplente de Daniel Passarella. "Cuando quedé en la lista de 22 no lo podía creer, con mi familia hicimos una fiesta", contó el propio jugador sobre su convocatoria para ir al Mundial 86.

El Narigón lo conocía muy bien al Tata porque lo había tenido en Estudiantes y sabía su libreto a la perfección. El virus que afectó al Kaiser cuando Argentina se instaló en México le abrió las puertas a Brown para ser parte de los 11. "Mirá que hoy jugás vos", le dijo Bilardo a la pasada el mismo día del debut frente a Corea del Sur. Y el zaguero respondió de la mejor manera, transformándose en el líbero de una defensa que tenía a Oscar Ruggeri y José Luis Cuciuffo como stoppers. El Tata jugó los siete partidos y grabó su nombre para siempre con ese cabezazo que puso el 1-0 inicial en la final contra los alemanes. Fue su único tanto con la celeste y blanca.

Su actuación durante la Copa del Mundo fue el pasaporte para llegar al fútbol europeo. Con el pase libre, arregló rápidamente con el Brest de Francia, donde jugó una temporada, y luego pasó al Murcia de España. Allí estuvo dos años hasta su regreso a la Argentina para retirarse con la camiseta de Racing. Brow fue, junto a Jorge Valdano, uno de los que se quedó afuera de Italia 90 en el último corte que hizo Bilardo y decidió que hasta ahí había llegado su esfuerzo para luchar con las permanentes infiltraciones en las rodillas.

Después de pasar por la depresión post retiro, el Tata inició su carrera como entrenador. Dirigió a Los Andes junto a Nery Pumpido, luego ambos fueron ayudantes de Bilardo en Boca y más adelante - gracias a la recomendación de Maradona- asumió junto a Héctor Enrique en Almagro. Más tarde llegó a la Selección: fue ayudante de Batista durante los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 (cuando Argentina ganó la medalla de oro) y dirigió al Sub 17 (llegó hasta octavos de final en Mundial 2009 en Nigeria). Ben Hur y Ferro fueron sus últimos clubes de su trayectoria como entrenador.