"Antes de los penales, Bianchi se me acercó y me preguntó cómo me sentía: No me acordaba nada", reveló Óscar Córdoba
El ex arquero colombiano fue una pieza clave de aquel equipo de Boca que se consagró campeón de la Copa Libertadores 2000 tras vencer en la final a Palmeiras. El recuerdo a 20 años del título
Este domingo se cumplen 20 años del día que Boca le ganó la final a Palmeiras en el Morumbí para obtener su primera Copa Libertadores con Carlos Bianchi como director técnico (luego llegarían dos más: 2001 y 2003). Uno de los héroes de aquel día fue Óscar Córdoba ya que contuvo dos penales en la definición.
"Esa Copa fue una revancha para mí, por la que había perdido con el América de Cali ante River en 1996. Ese partido me marcó en mi carrera, fue lograr lo que buscaba, que era ganar la Libertadores en un club como Boca", comentó el colombiano haciendo alusión a la derrota en la definición de 1996 cuando vestía la camiseta del América.
En diálogo con Télam, contó una inédita anécdota de aquel día contra Palmeiras. "En la previa nos reunimos con el "Pato" Abbondanzieri, con Carlitos Ischia y con Carlos Bianchi para observar videos de cómo pateaban los penales los jugadores del Palmeiras y también analizamos a su arquero Marcos. Cuando terminó el partido en el Morumbí, Bianchi se acercó y me preguntó cómo me sentía para la definición y le dije que no me acordaba nada de lo que habíamos hablado porque tenía una adrenalina bárbara", detalló.
"Carlos me tranquilizó, me recordó que Ischia se iba a colocar detrás del arco para anunciarme cómo pateaba cada rival. El primero de Alex a la izquierda casi lo atajo, me pasó por debajo del cuerpo, y el de Asprilla fue más fácil porque lo conocía desde que teníamos 14 años, así que me tiré a la derecha y pude contenerlo", comentó. Además de Asprilla, también le desvió el remate a Roque Junior.
Por último, Córdoba elogió a aquel plantel y a Bianchi. "Era un conjunto de hombres. Adentro de la cancha dejábamos todo, con jugadores de gran calidad y con un técnico increíble que nos bancó siempre y que potenciaba a los suplentes tanto como a los titulares. Creaba una sana competencia por el puesto", concluyó.
