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El 1 x 1 y los puntajes de Boca: los pibes hicieron la diferencia

Lo mejor de la remontada en Rosario nació en los laterales, con Agustín Sandez y Marcelo Weigandt, que jugaron como para que sus titularidades no se discutan. Tuvo presencia y gol con Vázquez de "9" y frescura más fútbol con Aaron Molinas, quien entró en la media hora final.  

Marcelo Weingandt jugó con una intensidad brutal y con presencia ofensiva: un cabezazo en un palo y participación en el gol de la victoria.
Marcelo Weingandt jugó con una intensidad brutal y con presencia ofensiva: un cabezazo en un palo y participación en el gol de la victoria.

Agustín Rossi (7). Fue el responsable de que Boca no estuviera un par de goles abajo en los primeros 25 minutos. Cero responsabilidad en el festejo de Avila.

Marcelo Weigandt (8). Una producción como para que no se dude que deber ser el "4" titular. Mucho mejor que Advíncula. Con más presencia ofensiva, siempre llegando y muchas veces ganando. Clavó un cabezazo en un palo. Limpió la jugada del segundo gol.

Carlos Izquierdoz (6). No tuvo un partido cómodo con Marco Ruben y Gamba, pero respondió con la seguridad habitual. Dibujó un cabezazo impactante, apenas desviado.

Marcos Rojo (5). No estuvo tan claro en la salida como otras veces. Se le escapó Gastón Avila en el 0-1. Pareció sorprendido porque Vázquez (encargado en ir libre al primer palo en los córners) no pudo despejar el centro perfecto de Vecchio.

AGUSTÍN SANDEZ (8), EL MEJOR. Ya está. El "3" debe ser él. Cada vez juega más convencido y mejor. Demuestra facilidad para desbordar y lanzar centros ultra amenazantes. Uno lo cabeceó Weigandt al palo y otro Vázquez al gol. Fabra debe estar más que preocupado.

Jorman Campuzano (5). Tuvo su chance de "5" con Battaglia. Le costó encontrar al astuto y talentoso Vecchio en la media hora inicial. Después se afirmó, pero fue amonestado y salió. En ese puesto aún sin dueño, un escalón arriba de Rolón y uno abajo de Varela.

Cristian Medina (4). Perdió la pelota que derivó en el córner del primer gol de Central. No ofreció peso específico en el mediocampo. Pisó poco el área rival.

Juan Ramírez (6). De enganche empezó y le costó porque recibió mucho de espaldas. Su influencia se potencia arrancando por la izquierda y desde más atrás, de frente al área rival. Así explota el cambio de ritmo que lo distingue. Así lo hizo después de la media hora inicial y creció.

Agustín Almendra (5). Le costó hacerse notar en la construcción del juego de Boca hasta que invirtió posiciones con Ramírez y algo levantó, pero necesita más dinámica y verticalidad.

Luis Vázquez (7). Boca buscaba un "9". Lo tenía en casa. Impone presencia, en especial en los centros desde los costados. El gol que le había faltado contra Racing lo encontró en Rosario, con un salto y un cabezazo a contrapierna de Broun, made in Palermo. Antes de ese momento, había metido otro cabezazo que pasó cerca. Después, no pudo exprimir un mano a mano porque Broun fue veloz en el achique.

Norberto Briasco (5). Liberó el callejón y facilitó las proyecciones redituables de Sandez cerrándose desde la izquierda hacia el centro y asociándose en el toque. Le falta imponerse en las acciones individuales.

Aaron Molinas (7). Faltando media hora reemplazó a Medina y le aportó frescura en la circulación. Además, fue picante: hizo volar a Broun, sacó un derechazo apenas desviado y dejó a Vázquez mano a mano.

Alan Varela (6). Entró a los 16 del segundo tiempo por Campuzano. Ordenado, sin problemas. Tuvo la ventaja que Vecchio a esa altura estaba desgastado.

Cristian Pavón (7). Sustituyó a Briasco a los 28 de la etapa final. Inquietó en especial cuando fue por la banda derecha. Por ahí exigió una vez a Broun y tiró al centro que desembocó en el gol en contra de Torrent, el de la victoria.

Diego González (-) y Nicolás Orsini (-). Ambos ingresaron a los 41 del segundo tiempo. Aportaron despliegue.

Sebastián Battaglia (6). No convenció con el equipo inicial, pero sí con los cambios durante el partido. Extrañó en el equipo de arranque la ausencia de Aaron Molinas, el juvenil que había refrescado la elaboración de Boca. También sorprendieron las posiciones de Almendra (medio hacia la izquierda) y Ramírez (enganche), incómodos sin necesidad, porque invirtiéndolos ambos hubieran quedado en sitios en los que se mueven con mayor naturalidad. Cuando trocaron roles, levantaron ellos y Boca. Luego, acertó con los ingresos de Molinas, Varela y Pavón.

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