Manu Ginóbili y una lección sobre el valor del esfuerzo: "Para jugar en la NBA tuve que adaptarme a hacer el trabajo sucio"

Hace casi dos años que Emanuel Ginóbili dejó de jugar al básquet, pero su influencia en el deporte y el ser argentino durará por mucho tiempo. Parte de lo que hizo tan especial a Manu cuando estaba dentro de la cancha, ya sea para Andino y Estudiantes de Bahía Blanca en la Liga Nacional, para Reggio Calabria y Virtus Bologna en la Euroliga, para los San Antonio Spurs en la NBA o para nuestra selección en sudamericanos, mundiales y Juegos Olímpicos tiene que ver con su forma de ser y su liderazgo.

Ginóbili es un ejemplo de que esforzarse y trabajar duro todos los días es sin dudas el camino para llegar a la meta: pocos (o casi ninguno) imaginaban que ese joven entusiasta que intentaba mostrar sus cualidades para el básquet en su Bahía Blanca natal llegaría a ser cuatro veces campeón de la principal liga del mundo, además de ganar la histórica medalla de oro para el deporte en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Pero Manu perseveró, luchó por sus sueños y siempre tuvo claros sus objetivos.

Las enseñanzas de Ginóbili pueden seguir afectando miles de vidas aún después de que haya decidido colgar las zapatillas y de que los Spurs lo hayan convertido en leyenda con la emotiva ceremonia en la que retiraron su histórica camiseta número 20. Por eso la Fundación Endeavor, que desde hace cuatro años organiza su Experiencia para que emprendedores de toda América Latina se animen a seguir sus sueños, invitó a Manu a compartir algunas de sus lecciones de vida en su primer encuentro virtual.

En esta ocasión tan especial, Manu fue entrevistado por Nicolás Szekasy, co-fundador y managing partner de Kaszek Ventures, firma líder de venture capital en Latinoamérica. Szekasy, miembro del directorio de la Fundación, no hizo esfuerzo en ocultar su entusiasmo, que era también el de la audiencia que seguía el encuentro a través del canal de YouTube de Endeavor. "Que se me hayan dado tantas cosas en tan poco tiempo y gradualmente fue algo extraordinario", admitió Manu en un repaso de su carrera.

"Mis primeros dos años en la NBA fueron complicados", contó. "Viví momentos en que pensé que no iba a poder hacer lo que sabía en la cancha". Para Manu, la clave de su éxito fue "adaptarme a hacer el trabajo sucio". También recordó su paso por la selección: "fue una gran coincidencia, éramos muy competitivos y teníamos roles complementarios". Para terminar, se refirió a su gran frustración. "La final de 2013 fue mi peor momento deportivo, pero maduré y pude superarlo siendo campeón al año siguiente".