Los Pumas no jugaron el partido que se habían propuesto

Los Pumas dejaron en el Tokyo Stadium un pedazo grande de su sueño por alcanzar los cuartos de final de la Copa del Mundo de Japón. En el partido que era una final dentro del grupo, regalaron el primer tiempo y la remontada del segundo no les alcanzó para atravesar el zigurat que representaba Francia. Perdieron 23-21 y ahora deberán al menos ganar los 3 encuentros que restan, uno de ellos ante el favorito Inglaterra, para tener posibilidades de mantener vivas las esperanzas.

Errores en la defensa -en la marca y en el tackle- y pérdidas de pelotas fueron el combo fatídico que llevó a los argentinos a irse al descanso con un lapidario 20-3, una diferencia que no compete en el primer nivel de competencia profesional. Dos tries en una ráfaga fantástica de los franceses en 20 minutos desequilibraron a los Pumas, que habían arrancado imponiéndose en la batalla muchas veces decisiva que significa el scrum.

Si los Pumas no marcaban rápido al volver del vestuario, el partido era irremontable, pero lo hicieron. En 13 minutos apoyaron dos tries por la vía del line y maul, y luego dos penales de Urdapilleta -quien ingresó por un desconocido Nicolás Sánchez- dieron vuelta la historia a 12 minutos del final: 21-20.

Pero como ocurrió en tantos otros partidos, los Pumas perdieron la pelota en la salida después de marcar tantos. Y de ahí, vino un drop de Camille López que entró con suspenso y bastante de fortuna. También se necesita de ella en este tipo de partidos.
Los Pumas no jugaron el partido que se habían propuesto. Hubo fallas individuales y colectivas. El sábado próximo, en Osaka, ante Tonga, se sabrá si el equipo pudo recuperarse del golpe que sufrió en la tarde/noche de Tokio. Si no lo hace, la vuelta a la Argentina será antes de lo pensado.