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Internacional

La final copera del bochorno: Athletic Club vs. Barcelona por la Copa del Rey 1984

Han pasado más de 36 años, pero los anales del deporte aún lo recuerdan como uno de los partidos más bochornosos del fútbol español

La final copera del bochorno: Barcelona vs. Athletic Club 1984

Por Alejandro Vieyra

Fue el 5 de mayo de 1984, cuando el Athletic Club y el Barcelona se midieron en la final de la Copa del Rey en el estadio Santiago Bernabéu que acabó en una escandalosa batalla campal. Por ese entonces, el técnico del Barcelona era César Luis Menotti y la estrella del equipo era Diego Armando Maradona. El Pelusa fue durante los 90 minutos de juego el objetivo de la violencia sin tregua de los defensas vascos.

El clima hostil del partido venía cocinándose de tiempo atrás: Maradona y Bernd Schuster, las dos figuras del Barcelona, tuvieron que pasar por el quirófano al ser victimas -en partidos anteriores-de las lesiones ocasionadas por el áspero defensa vasco Andoni Goikoetxea. “Me quebró”, dijo Maradona a sus compañeros, que veían el rostro desencajado de Diego. El parte médico reflejó la dimensión de la patada certera que lo tuvo 90 días sin jugar: “Fractura del maleolo peroneal del tobillo izquierdo, con desviación. Arrancamiento del ligamento lateral interno con desgarro”.

Transcurrido 6 meses de acusaciones y declaraciones cruzadas, la final de la Copa del Rey estaba impregnada de tensión y de malos augurios. Javier Clemente, el técnico del Athletic, proclive a alentar el juego fuerte llegó a tildar a Maradona de “imbécil” días previos al partido. Ese ambiente crispado y con sed de venganza, repercutió en las acciones violentas de ambos equipos, y en donde Diego se volvió a llevar la peor parte.

El Athletic se adjudicó el torneo tras vencer por 1-0 con un gol de Endika Guarrotxena y nada más finalizar el encuentro se desataron las hostilidades y los jugadores se enzarzaron en una vergonzosa tangana.

En la posterior rueda de prensa, Javier Clemente apagaba el fuego con gasolina y tintes xenófobos: "No han sabido perder. Hay que acabar con los que vienen de fuera y no tienen educación". Por su parte, César Menotti se mostró asombrado: "Nunca he visto nada parecido. Si esto que hemos visto hoy ha sido un partido de fútbol, el fútbol está muerto".

Maradona, Goikoetxea y cuatro jugadores más fueron suspendidos durante tres meses, aunque finalmente ninguno cumplió la sanción.

Aquella temporada fue la última de Maradona vestido de azulgrana, donde jugó 58 partidos y marcó 38 goles. Aunque ganó una Copa del Rey, una Supercopa y una Copa de la Liga, su paso por el club catalán no fue del todo lo esperado. Las lesiones, la hepatitis y un entorno tóxico ensombreció las expectativas que su fichaje anunciaban. A los pocos meses el club decidió transferirlo al Nápoles en donde lo esperaban los tifosi y la gloria, como antesala del Mundial de México 86 en donde la vox populi del mundo futbolero lo rebautizó definitivamente como D10S.

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