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Internacional

Cuando Maradona revolucionó Sevilla

Después de tres meses de negociaciones, Sevilla y Nápoli cerraron trato en la sede de la FIFA para que Diego volviese a jugar después de una suspensión por doping. Los españoles pagaron 7,5 millones de dólares para sumarlo al equipo que dirigía Carlos Bilardo

Por Federico Del Río

"Diego estaba sancionado por su última etapa en el Nápoles. Nos proponen hablar con Joseph Blatter, que era secretario general de la FIFA-, para intentar levantarle la sanción, recuperarle para el fútbol mundial y que fuera la imagen del Mundial de 1994 en Estados Unidos”. Así comenzó una locura que se transformó en realidad. El que contó años después esta intimidad fue José María del Nido, un ex presidente de Sevilla que en el 92 era uno de los abogados del club que participó de las negociaciones para que Maradona produjera una nueva revolución.

La locura surgió a partir de la llegada de Carlos Bilardo para dirigir al club andaluz. Fue el Doctor el que les propuso a los dirigentes gestionar iniciar las gestiones para tener a Diego en el plantel, con todo lo que eso significaba. Luis Cuerva, presidente por entonces, se subió a ese sueño y avanzó. Diego había concluido una sanción de 15 meses que le dieron en abril del 91 por un doping de cocaína que le habían descubierto en la liga italiana. Después fueron tres meses de charlas entre Sevilla y Nápoli hasta llegar al acuerdo.

Las gestiones no fueron nada fáciles. Corrado Ferlaino, presidente del Nápoli, no quería ceder para liberar a Maradona y el ida y vuelta terminó de resolverse en la sede de FIFA, en una reunión en la que participaron los presidentes de los clubes y también los de las federaciones española e italiana. Ahí fue donde, el 22 de septiembre de 1992, Ferlaino aceptó firmar la transferencia de Diego al Sevilla a cambio de 7,5 millones de dólares. El 10 ya estaba en España con su esposa y sus hijas, y recibió la noticia a través de un llamado de Marcos Franchi -su agente en ese momento- que desató la felicidad por sentir que podía volver a las canchas.

Seis días después de ese acuerdo, Diego apareció en el Sánchez Pizjuán con la camiseta blanca para disputar un amistoso contra el Bayern Munich: fue triunfo por 3-1 para el equipo de Bilardo, que tenía también a Diego Simeone en el plantel. El estreno oficial de Maradona fue el 4 de octubre, con una derrota por 2-1 ante el Athletic Bilbao, como visitante. El paso del 10 por Sevilla tuvo ocho goles, una recordada sociedad con el croata Davor Suker y algunas anécdotas inolvidables.

Su primer pedido para el presidente Cuerva fue Careca, aunque en tono de broma porque sabía que era imposible. Sí dijo Diego que iba a hacer lo posible por sumar a Alberto Acosta y que, incluso, hasta estaba dispuesto a poner dinero para comprarlo, pero finalmente el Beto siguió en San Lorenzo. También Maradona fue protagonista indirecto del “al rival hay que pisarlo” de Bilardo al asistente que entró a la cancha y atendió al jugador del Espanyol que Diego había golpeado en vez de ver cómo estaba el 10.

Con Bilardo, Maradona pasó del amor al odio como siempre vivió esa relación a lo largo de los años. El 13 de junio se produjo un quiebre: Diego jugó infiltrado, el Narigón lo reemplazó y el 10 se fue de la cancha insultándolo. Ni siquiera se acercó al banco de suplentes, encaró directamente hacia el vestuario. Ese partido contra el Burgos fue el último de Diego en Sevilla, no hubo vuelta atrás y unos meses después se pondría la camiseta de Newell’s. En total, fueron 29 partidos los que el 10 disputó con el Sevilla: 26 por la Liga y tres de la Copa del Rey.

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