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Internacional

Batalla campal, escándalo y eliminación para Boca

Se cumplen 29 años de la caída del equipo del Maestro Tabárez ante Colo Colo, que lo dejó afuera de la final de la Libertadores en medio de un marco vergonzoso. Hasta un perro policía mordió a Navarro Montoya

Por Federico Del Río

El 22 de mayo de 1991 fue uno de los días más dolorosos para Boca, de ésos que generan mucha bronca e indignación. De los que ahora, a la distancia, se resumen como "un típico partido de la vieja Copa Libertadores", cuya traducción era vale todo. Un campo de juego desbordado de gente, de supuestos fotógrafos y alcanzapelotas que invadían la cancha para festejar cada gol y que terminaron provocando una batalla campal despiadada. Y un partido que se siguió jugando como si nada hubiera pasado, y un estadio que no sufrió ninguna sanción después de semejante escándalo.

Oscar Washington Tabárez había formado un gran equipo después de varios años en los que Boca no podría conseguir un título. Navarro Montoya en un gran momento en el arco, la experiencia de Juan Simón para comandar la defensa, la entrega de Giunta para reflejar toda la idiosincrasia xeneize en el mediocampo y Diego Latorre junto a Gabriel Batistuta formando una gran sociedad el ataque. Con esas armas fue a buscar la Copa Libertadores en 1991, que tuvo varios hitos en el camino hasta llegar a la semifinal. Desde el heroico triunfo 4-3 ante River en la primera fecha después de ir perdiendo 1-3 hasta el lamentable 0-0 con Oriente Petrolero para asegurar el pase a los octavos de final y perjudicar con ese resultado a los de Núñez. Luego, Boca eliminó a Corinthians y Flamengo para llegar a la semifinal contra Colo Colo.

El partido de ida fue en la Bombonera y los de Tabárez ganaron 1-0 con un gol de penal, que convirtió Alfredo Graciani. En Buenos Aires, también pasaron algunos hechos que entraban en el rango de típicos de Libertadores como que el micro que los llevó hasta el estadio quedó encerrado por La 12 antes de llegar y no la pasaron nada bien. Pero el clima de guerra se empezó a sentir desde que el plantel de Boca pisó el aeropuerto de Santiago. Se notaba que esa semifinal se vivía como algo más que un cruce deportivo sino que también le cargaban toda la tirantez que existía políticamente entre Chile y Argentina.

Así fue como se llegó hasta el estadio Monumental, con más de 65 mil espectadores en las tribunas y un campo de juego llamativamente desbordado de gente. Colo Colo también tenía un gran equipo (finalmente fue campeón de esa Copa), pero recién en el segundo tiempo pudo dar vuelta la historia. En dos minutos, a los 19 y 21, Rubén Martínez y Marcelo Barticcioto pusieron el 2-0, aunque pronto llegó el descuento de Latorre que llevaba la definición a los penales. El festejo provocador del delantero argentino en la cara de los rivales y de frente al público chileno ni siquiera hizo que fuera amonestado. El clima para entonces ya ardía y quedaban 16 minutos para el final.

El caos llegó a los 37 del segundo tiempo, cuando Martínez puso el 3-1 y otra vez hubo invasión de gente en el campo. Ya se habían metido en la cancha a gritarles los goles en la cara a los jugadores de Boca, que explotaron después del 3-1, reclamando una posición adelantada del goleador. "Había demasiada gente en el campo de juego. Después supimos que eran hinchas caracterizados haciéndose pasar como periodistas y fotógrafos, que estaban permanentemente agitando el clima. Y a la gente, que estaba enardecida", contó Latorre al recordar aquel episodio. La pelea fue feroz, con los futbolistas golpeando y defendiéndose sin saber contra quiénes peleaban, fotógrafos revoleando sus cámaras, el Maestro Tabarez cortado y ensangrentado mostrando la cámara con la que le habían pegado, y Navarro Montoya sufriendo la mordida de un perro, Ron, que se ganó la fama aquella noche.

Increíblemente, el partido siguió después de varios minutos. El árbitro brasileño Renato Marsiglia sólo expulsó a Giunta y Yañez y completó el encuentro hasta el final. Mientras los chilenos festejaban la clasificación, para el plantel de Boca no fue fácil la salida del estadio ni la de Chile. Tabárez y Giunta fueron detenidos, tuvieron que ir a declarar en el juzgado y fueron liberados tras pagar una fianza de 50 mil pesos chilenos. Y, cuestiones de la vieja Libertadores, no hubo ningún tipo de sanción después del escándalo que había ocurrido en el estadio Monumental: dos semanas más tarde, Colo Colo volvió a ser local en su cancha y con las tribunas llenas para definir la Copa frente a Olimpia.

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