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Fútbol Femenino

La 5 de Boca viaja al Mercado Central

Lorena Benítez es, en tiempos de cuarentena, una trabajadora esencial: cada día va y viene de sus puestos de fruta y verdura, repartiendo comida, cruzando un Conurbano en el que la pandemia golpea con una dureza que muchas veces no se ve. Perfil de una de las mejores jugadoras de la Argentina. Una volante que duerme menos que Bilardo en el 86

Lorena Benítez
Lorena Benítez (Twitter Lorena Benítez)

Por Ignacio Fusco

La 5 de Boca duerme una hora por día. Se levanta a las dos de la mañana, viaja, trabaja hasta las dos de la tarde, viaja, se entrena a las tres de la tarde, viaja, está con su novia y sus dos hijos, viaja, se entrena a la noche en su club de futsal. A veces, algunos días, se concede el lujo –quizá– de dormir dos. Eso, en el mundo de antes: el colorido, el alborotado, el social; ahora, en la silenciosa tierra de la pandemia, Lorena Benítez ya no se viste con el traje azul y amarillo del líder del Torneo Rexona (a Boca, ya clasificado a la Zona Campeonato, le queda un partido frente a Racing para completar la Fase Regular) pero igual cruza con su camioneta el primer cordón del Conurbano para trabajar, cada madrugada, como antes, como siempre, en sus puestos del Mercado Central, porque, como le cuenta a TNT Sports, “hay un circuito de laburantes que siempre vivieron día a día, que si cierra todo o casi todo se quedan sin laburo y ¿cómo hacen para vivir? A los comedores, donde hay más de 200 pibes, ¿quién los abastece? Hoy justo fui a uno, por ejemplo. ¿Quién llega ahí, si no? Yo creo que hay que vivir de los dos lados, de los que aún podemos laburar y subsistir, y de los que no, de los que en esta cuarentena la están pasando mal, o la pueden empezar a pasar mal”.

Lorena Benítez tiene 21 años y vive en Pablo Podestá. Hace aproximadamente tres años que tiene un puesto de reparto y otro mayorista en el Mercado Central, puestos que originalmente eran de Verónica Rivero, su novia, y que ahora administran las dos. La 5 de Boca es una de las jugadoras más fabulosas que hay: inteligente, elegante, simple, el mejor equipo de la primera fase en la Argentina se ha movido siempre al ritmo de sus pases, su trote, su compás. En 2018 ganó el Premio Alumni a la mejor jugadora de futsal del país y en este último mes cambió de club, de Kimberley a Pacífico: por eso, también, sus pisadas, ese imán; imaginen una 5 que cada tanto guarda la pelota, junta a dos rivales mientras la hace invisible y de repente la saca allá, al otro lado del río, donde hay un campo enorme para galopar. Como fue noticia la yudoca Paula Pareto, medalla dorada en los Juegos de Río, al volver a trabajar en el hospital, también la 5 de Boca tiene un trabajo esencial, excepcional: ayer nomás viajó a comedores de General Rodríguez y General Suárez, viajó a una granja de rehabilitación, ayer nomás estuvo también en el Amanecer de los cartoneros, una cooperativa que nuclea a más de tres mil personas del Movimiento de Trabajadores Excluidos, cruzando una Buenos Aires que, sin embargo, dice, “es un caos, un caos total, imaginate que nosotras salimos de Pablo Podestá a las cinco de la mañana y al puesto llegamos a las diez, es todo una locura total”.

Muchos controles, ¿no?

–Lleno, y una hora y media en cada uno te comés. Pero bueno, está bien. Son controles, ¿no?

Antes de que se declarara la cuarentena una de las primeras cosas que aseguró el presidente Fernández fue que los supermercados, los almacenes no se iban a desabastecer. ¿El Mercado, tu trabajo, cómo está?

Muchos puestos cerraron. La mayoría de los puesteros cerró. Quizá por lógica se debería vender más pero… el tema de la circulación, ¿no? Y pensá que mucha gente viajaba afuera para comprar. Los de la banana, ponele. No va la misma cantidad de personas, la venta bajó un montón. Además, ahí, en el Mercado los cuidados que hay que tomar, la verdad, no se les da ni bola. Entonces, ¿qué pasa?, también tenés dueños que para no correr riesgos prefirieron no ir.

¿Y ustedes?

Y nosotras... es como puse en el tuit del otro día (NdeR: el 25 de marzo posteó una foto de ella en la camioneta con su novia, mientras hacían los repartos). Corremos riesgos, somos unas pelotudas que todavía andan en la calle, pero atrás de todo eso hay muchas familias que comen. Nosotras tenemos nuestro pan, y queremos que los demás también. Porque con Verónica y nuestros nenes podremos estar abastecidas, pero ¿y los siete empleados que tenemos? Llegamos a parar, a cerrar, y ellos se quedan sin laburo. ¿Cómo hacen para vivir? Todos, además, con cuatro hijos, seis hijos, ¿cómo hacés? Cuando fuimos a entregar el pedido a esa granja de rehabilitación había más de 200 pibes ahí. Nosotras no les entregamos nada por dos semanas y qué hace esa gente ahí. No sé, yo me pongo en el lugar de las demás. Yo la vivo del lado de adentro y del lado de afuera, de los dos.

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Jugás en Boca, el año pasado fuiste al Mundial. ¿Ningún dirigente, ningún entrenador te pidió alguna vez que, por el físico, por el esfuerzo, dejaras de trabajar?

Y, sí, pero ahí viene lo que les hablo siempre: si yo viviera sola es una cosa, pero en casa tengo dos hijos (Renata y Ezequiel) que mantener. En Boca no nos falta nada, tenemos desde nutricionista hasta psicóloga, el torneo la verdad que está en pleno crecimiento y está buenísimo, obvio que hay clubes que no tienen lo que tenemos nosotras aunque yo confío que va a mejorar, los sueldos van a mejorar, pero mi situación, hoy, es ésta. Boca te exige y te exige pero mucho más no puede pedirte tampoco, al menos en mi situación. Yo te hablo de mi situación.

Y vas a seguir jugando futsal, además.

Voy a seguir jugando futsal, además.

¿Y en qué momento dormís?

En ninguno.

En ninguno.

En ninguno. A veces media hora, a veces una. Trato de descansar en el momento que puedo.

Dormís menos que Bilardo en el 86.

Bueno, dos horas duermo a veces. Pero a veces ninguna. Y tampoco como bien. He ido a entrenamientos sin comer.

¿Sin comer?

Sin comer.

Hagamos la cuenta. Una hora por día, cinco días a la semana, los laborales, más alguito más que duermas, supongamos, los sábados y domingos. ¿Once, 12 horas por semana, dormís?

Hace poco me desperté a las 8. Nunca había dormido tanto.

¿Por este trajín dejaste la Selección?

Yo no dejé la Selección.

Es una forma de decir.

No, la cosa fue así: en la primera convocatoria después del Mundial les dije que me iba a tomar un año. Quería estar con mi familia, con mis hijos. Con el futsal no había problema porque entrenamos de noche, pero lo mismo quería hacer con Boca, el tema fue que no lo llegué a decir. Entre el club y mi novia me convencieron de que no dejara, así que acá estoy. Después, bueno, sí, de la Selección no me llamaron más. Por eso no fui a los Panamericanos de Lima.

¿Te arrepentís de haberles dicho aquello?

Obvio que me arrepiento. Pero ya voy a volver. Ojalá. Ya voy a volver.

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