No fue solo de Independiente: cuando Bochini fichó por Barracas Bolívar
El "Bocha" puede sacar pecho de una carrera increíble en la que jugó 715 partidos oficiales: 714 con el "Rojo" de Avellaneda y uno con el equipo del centro de la provincia de Buenos Aires. La historia del día en el que, a los 53 años, Bochini demostró que su romance con la pelota nunca se terminará
Por Santiago Galante
El recuerdo de su último partido no era el mejor. Una patada de Pablo Erbín lo había obligado a dejar la cancha -y el fútbol- en un Independiente vs. Estudiantes disputado el 5 de mayo de 1991. Pero un maestro se merecía otra despedida.
Aunque suene raro en el 2020, Ricardo Enrique Bochini había transitado toda su carrera en un solo club: Independiente. Desde su debut en 1972 hasta el adiós en 1991 ganó, por ejemplo, cuatro Copas Libertadores y dos Intercontinentales. Y ni hablar del Mundial en México '86 con la Selección.
El "Bocha" se tenía reservado otro capítulo para su carrera futbolística. En enero de 2007 fue anunciado, a los 53 años, como nuevo refuerzo de Barracas Bolívar. Si bien ya había jugado otros amistosos para otros equipos, ésta fue su única transferencia oficial. Barracas, que jugaba en Bolívar porque estaba gerenciado, le tuvo que pedir el pase al "Rojo" a través de AFA y, de esta manera, se concretó el único traspaso de su carrera.
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La idea de Barracas fue hacerle un homenaje, pero en un partido oficial. Por eso fue contratado para el equipo que por entonces jugaba el Torneo Argentino C (hoy llamado Torneo Regional Federal Amateur).
El pase oficial
Para que el sueño pudiera cristalizarse, Barracas hizo los trámites correspondientes para obtener el pase de Bochini, el primero de su carrera.
Y el 15 de febrero de ese 2007 llegó la confirmación. "Transferencia Interliga CONCEDIDA. De mi consideración, me dirijo a Ud. con el fin de informarle que esta Asociación concede el pase del jugador: Ricardo Enrique Bochini (25-01-1954) para actuar en vuestro club afiliado Club Barracas", indica la carta que firma Roberto Lorenzo, asesor general de AFA, al lado del 'gancho' de Bochini.
"Si no trae el documento, no juega"
La mañana del 25 de febrero de 2007 no fue una más para Bolívar. En las calles de la ciudad se percibía algo diferente. A minutos del mediodía, Bochini llegó y el almuerzo fue un asado. Claro, gustos que solo un jugador de su calibre se podía dar el mismo día del partido. Luego de una siesta reparadora, firmó autógrafos en la sede. Se acercaba el gran momento.
Cerca de las 19, el 10 llegó al Estadio Municipal acompañado de Enrique Sacco, gerenciador del club y gestor del sueño. Pero surgió un problema inesperado.
"Si no trae el documento, no juega", insistió. El dueño de la frase fue el árbitro Fernando Álvarez. Bochini había dejado su DNI en su casa de Buenos Aires y, al tratarse de un partido oficial, esto le impedía jugar. Por unos minutos, reinó la incertidumbre. El sueño se ponía en duda... ¡Pero apareció la solución!
Uno de los directivos del club rescató una fotocopia del documento del "Bocha", que había quedado de los trámites realizados para generar su incorporación. Todo solucionado, el "Bocha" a la cancha...
Dos sombreritos en 42 minutos
"Este partido lo quiero ganar", había avisado en la previa. Así. A cara de perro. Si bien hacía 16 años que no jugaba, el bichito del futbolista profesional seguía vivo en el ahora 10 de Barracas Bolívar. El "Rojo" de Bolívar necesitaba un triunfo ante Argentino para superar la zona 57 del Argentino C.
Entró al campo de juego acompañado por sus dos hijos y, luego de todos los homenajes, la pelota empezó a rodar. Y a los tres minutos quedó claro que el romance entre la derecha del "Bocha" y la pelota será para toda la vida. Enganche para sacarse de encima a un rival y pase correcto. Un minuto después, lo mismo.
Los más de cinco mil hinchas presentes se dieron cuenta de algo: la magia seguía intacta a pesar de que el físico -y sus 53 años- se empeñaran en demostrar lo contrario. Y vaya si lo seguía que se animó hasta a tirar dos sombreritos para que bajara la ovación desde las tribunas. A mediados del primer tiempo empezaron a caer las primeras gotas y todo terminó en una lluvia torrencial para darle un toque épico al regreso del 10.
En la previa se decía que jugaría 20 o 25 minutos, pero fueron tales el entusiasmo y su buen nivel que pidió el cambio recién a los 42 minutos de juego cuando estaban 1-1. Pie a pie, pases precisos, lujos y hasta un "¿Qué cobrás?" al árbitro cuando le anularon un gol a su equipo.
Quien lo reemplazó fue Sebastián Hauche, primo de Gabriel, delantero de Argentinos. Barracas terminó ganando el partido por 2-1 y se clasificó a la siguiente ronda. Los goles fueron de Luciano Ruiz y Cristian Navarro, mientras que Leandro Galeano había puesto en ventaja a la visita.
Adiós, Bocha
A los 53 años, Bochini cortó su carrera íntegra en Independiente para jugar en Barracas Bolívar de manera oficial. De todas maneras, nada cambió: la última función del "Bocha" fue con una camiseta roja con la 10 en la espalda.
